Por Martha Andrés Román / Foto Buby
Cuatro décadas después de que el Ballet Nacional de Cuba (BNC) debutara exitosamente en Estados Unidos con Giselle, una nueva generación de bailarines se gana hoy en esta capital muchas alabanzas gracias a ese clásico.
Si el 30 de mayo de 1978 fue Alicia Alonso, directora de la reconocida compañía, la que encarnó al personaje en el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas de Washington DC, anoche correspondió a Sadaise Arencibia, primera bailarina del conjunto, protagonizar esa pieza en el mismo lugar.
El reto para Arencibia era grande, como expresó la propia artista a Prensa Latina, por tratarse de un ballet en el cual “Alicia es un icono”.
Además, sostuvo, Giselle “le ha dado mucho prestigio al BNC por las características de esta versión”, la cual cuenta con coreografía de Alonso sobre la original de Jean Coralli y Jules Perrot.
“Creo que es una gran responsabilidad para mí ser ahora el rostro de Giselle en el Centro Kennedy”, manifestó la protagonista de anoche, quien seguramente se sintió a la altura de ese reto cuando al concluir la función el público se puso de pie en largas ovaciones a su interpretación y la de sus compañeros.
La primera bailarina se transformó en una presencia delicada y etérea sobre el escenario de la Casa de la Ópera del espacio cultural, al combinar técnica y actuación para transmitir, primero, la felicidad y la inocencia, y luego, el tormento y la pasión de uno de los roles más conocidos de la danza universal.
A su lado, Raúl Abreu fue un Albretch muy convincente, que combinó gallardía e histrionismo en cada uno de sus movimientos.
Ha sido una vivencia muy linda, destacó el bailarín a este medio, y se mostró orgulloso de interpretar a un personaje “que han encarnado muchas grandes figuras del BNC”.
Cargamos con un peso enorme en nuestros hombros, estar a la altura de lo que la compañía ha mostrado siempre al mundo, y le traemos al pueblo norteamericano el arte que hemos cosechado a lo largo de todos estos años, agregó el joven artista.
Resaltaron también Ginett Moncho, como reina de las Willis, y Ernesto Díaz como el atormentado guardabosques Hilarión, sobre quienes se escucharon halagos individuales entre la audiencia presente en el teatro.
Mención destacada merece, además, el cuerpo de baile de la compañía, que en el primero y, sobre todo, en el segundo acto, consiguió ovaciones con la sincronización y armonía de sus movimientos.
Además de con las actuaciones de los bailarines, la Casa de la Ópera se estremeció nuevamente con los vítores de los espectadores a Alonso, quien a sus 97 años subió al escenario para saludar a la audiencia.
Las presentaciones del BNC en el Centro Kennedy forman parte del festival Artes de Cuba: de la isla al mundo, que se inauguró el 8 de mayo y concluyó este domingo con la última de cinco funciones de Giselle.
El conjunto de danza también presentó Don Quijote en las noches de martes y miércoles, de la pasada semana.