Por Mercedes Borges Bartutis
Miguel Iglesias acaba de recibir el Premio Nacional de Danza, otorgado de manera unánime por un jurado integrado por Manolo Micler, director del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, los coreógrafos Alberto Méndez, Santiago Alfonso, y Carlos Acosta, además de las doctoras en arte Bárbara Balbuena y Vivian Martínez Tabares, así como Nieves Laferté, directora de la Galería Raúl Oliva.
Generalmente se hace difícil elegir entre varios nominados a un ganador del premio. En esta ocasión, el jurado escogió a Miguel Iglesias, de un total de siete nominados, entre los que se encontraban el premiado, la maestra Laura Alonso, Adolfo Roval, antiguo regiseur y bailarín del Ballet Nacional de Cuba, Liliam Padrón, coreógrafa y directora de Danza Espiral, Johannes García, coreógrafo y director de la Compañía JJ, José Antonio Chávez, coreógrafo del Ballet de Camagüey, y Salvador Fernández, diseñador y director técnico del Ballet Nacional de Cuba.
Todos con méritos suficientes para ser premiados, sin embargo, destaca la labor de Miguel Iglesias como uno de los principales promotores de la danza cubana en nuestro país y hacia el mundo. Hay que recordar que Miguel Iglesias tuvo un desarrollo inicial como bailarín, ocupan lugares cimeros en las compañías de las cuales formó parte, como fueron el Ballet de Camagüey, el Ballet del ICRT, y la entonces Danza Nacional de Cuba, formación donde interpretó roles protagónicos en obras como Escena para bailarines (Fausto), Michelangelo y El Poeta de Víctor Cuéllar; La Caza, de Jorge Lefebre, a la vez que desarrolló una carrera paralela como actor.
Cuando en 1984 comienza a dirigir Danzas Contemporánea de Cuba, inició un camino de éxitos que colocó a esa compañía entre las primeras, en escenarios internacionales, además de catapultarla a un alto nivel técnico y estilístico, además de muchas otras acciones en pos del desarrollo de la danza cubana, como ha sido su relación con la enseñanza artística y su notable trabajo en el campo del intercambio y la cooperación, tendiendo un puente entre Cuba y el mundo, e invitando a su agrupación a reconocidos maestros y coreógrafos para lograr un atractivo y ecléctico repertorio.
Con la entrega del Premio Nacional de Danza 2018 a Miguel Iglesias Ferrer, se reconoce además, el desarrollo y permanencia de Danza Contemporánea de Cuba, compañía que en 2019 arribará a su aniversario 60, con una trayectoria determinante para la historia de la danza en nuestro país.