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La flor del arte no se deja morir

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Por Ángel Ramírez Goliat

El tabloncillo resonaba con sus pasos y el salón entero le proyectaba la voz con marcado acento español. Este es un hombre de no más de cincuenta años, mediana estatura, corpulento, ojos azules y trato amable. Emana respeto al dirigirse a sus estudiantes y al momento de ensayar era como uno más de ellos, con la diferencia de que él llevaba la batuta y todo parecía una obra teatral donde los bailarines simulan aves que alzan el vuelo hacia un horizonte lleno de brazos que atraparían sus cuerpos.

Todo se gesta en Guantánamo que, fiel a sus tradiciones creativas y, sobre todo danzarias, propicia en cada momento del año interesantes proyectos culturales para el público que asiste y se nutre de este arte.

A propósito del aniversario 30 del Ballet Folclórico Babul, se encuentra en la ciudad el maestro bailarín y coreógrafo español John Midolo, que innova elementos de otras culturas y movimientos con los bailarines locales. Oportunidad de crecimiento y expansión hacia otras técnicas, metodologías y maneras de hacer, desde el intercambio, un arte nuevo.

“Yo soy ex bailarín clásico. Estuve muchos años bailando en La Habana y me he dedicado a la coreografía especialmente. Actualmente dirijo una organización llamada Dance Project Internacional (DPI por sus siglas en inglés) y vamos a diferentes países compartiendo con movimientos de danza foráneos y exóticos.

“Este año hemos sido cordialmente invitados por la compañía de Ballet Folclórico Babul, que arriba a su aniversario 30, y es muy especial, porque por encima de carencias se lucha por colocar, darle un sitio al arte folclor en Guantánamo.

“Soy de formación clásica, pero no me impide nada a la hora de crear algo fuera de esos límites, que digo yo que no deberían existir. Tengo en proceso una obra llamada África. Esta es muy tribal y pasa por etapas de machismo, sexualidad, de contar mediante el movimiento lo que sucede en los pueblos de ese continente.

“La segunda obra que me acompaña se nombra Forever y está dedicada a un gran autor que escuché desde mi niñez y nos legó una canción que, más que una declaración de amor, es un himno de los enamorados. Hablo de Yolanda, de Pablo Milanés. El nombre podrá resultar un poco ambiguo, pero es el homenaje a lo eterno que es para mí su verso.

“La coreografía será interpretada por un dúo. Una muchacha y su pareja que irán narrando su historia; y contaremos con música en vivo, sobre todo la obra de Pablo, para ir acompañando toda la puesta en escena que se realizará en noviembre. Todo esto en homenaje a los 30 años de Babul.

“Ahora, también estoy trabajando con otras compañías. Por ejemplo, Danza Libre, que está pasando por un proceso similar al del ave Fénix, que resurge de sus cenizas con mayor esplendor que antes, con más fuerza. Estoy muy feliz al ver el entusiasmo de la nueva directora, la maestra Marveyis. Ellos poseen un excelente elenco. Hablo de los bailarines, los músicos, vestuaristas, productores…

“Mi trabajo con ellos consiste en una coreografía basada en la canción Ne me quitte pas del compositor francés Jacques Brel. Una obra con historia triste y que dedicó a su mujer cuando ella moría de cáncer. Pero todo esto lo hemos reformulado. Conversamos entre todo el equipo de la compañía y cambiamos un poco la estructura, la historia… el argumento en sí. De esta obra podréis disfrutar el día diez de octubre en el Teatro Guaso. Sé que va a ser como un explosivo, un volcán de arte, porque hay chicos y chicas muy talentosos.

“La primera vez que vine a Cuba fue directo a La Habana, como bailarín clásico, hace muchos años ya, con la maestra Alicia Alonso. Tuve la oportunidad de bailar la obra Don Quijote de La Mancha con el Ballet de ella.

“Estos muchachos me inspiran a crear. Les he impartido talleres de metodología de la danza para que sepan cómo está el panorama artístico en Francia, Inglaterra, Estados Unidos y aquí en Cuba. Así conocen cuáles son sus debilidades, fortalezas y trabajan. Por esa y tantas cosas me gusta venir a la tierra del Guaso.

“Trabajo además con los estudiantes de la Escuela Vocacional de Arte (EVA), sobre todo con los de primero y segundo años. Hemos realizado una pequeña obra que la van a interpretar el día 10.

“La coreografía se llama Under Pression, Bajo Presión, que aunque ellos aún son amateurs, aspiran con esto a dar un paso más hacia la profesionalidad

“Muchas personas me preguntan por qué paso tanto tiempo aquí en Guantánamo. Yo me siento cubano, es eso. Aquí encuentro el lugar para crear, el bálsamo que me quita los dolores, sana mis heridas, me alegra y este pueblo también. Por eso quisiera hacerles la invitación formal de asistir a los espectáculos el día 10 de octubre y el 22 de noviembre, aniversario de Babul.

“Yo siempre estaré aquí para ayudar en todo lo que pueda. Voy y vengo de intercambio, con el corazón en la mano y apoyando con vestuarios, escenografías, maquillajes… la flor del arte no se deja morir”.

Fuente: Periódico Venceremos