ʺLo que somos capaces de ser y hacer las mujeresʺ

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Entrevista con Eilén Viñales Tamayo

Por Yoamaris Neptuno Domínguez

Son más de la once de la noche y se reinicia mi jornada laboral. En la búsqueda de testimonios de beneficiarios/as de Juntarte de acuerdo a los resultados esperados, pienso en aquellos que pudiesen estar más distantes; pero que reflejan el alcance del proyecto.

Comprendo que el horario no es el mejor si quiero obtener de manera rápida contenido para mi «artículo periodístico»; pero no hay de otra. Escribiré posibles preguntas, enviaré vía WhatsApp, me conformo que por hoy se quede «en visto», al menos ya está la idea.

Confieso que siento gran admiración por la protagonista de este texto y por más que busco en mis recuerdos no encuentro el momento en que no me la haya encontrado de «jefa». A sus recién cumplidos 38 años, dos hijos adolescentes, una aceptación de matrimonio pendiente, un doctorado en curso, una casa en lo más recóndito de Boyeros, (donde sus vecinos la eligieron como delegada del Poder Popular), Eilén no ceja en el empeño de aportar y cierta vez me dijo:

Siempre va a haber algo nuevo que hacer, siempre habrá algo que regalarle a este pueblo, vamos a tener algo que aprender para enseñarle a ese niño. Es la ley de la vida, no podemos quedarnos estancados, siempre en constante movimiento, porque somos ciertamente eso: un movimiento (se refiere a la Brigada de Instructores de Arte José Martí) que defiende la política cultural de este país.

Su nombre es Eilén Viñales Tamayo y, (contrario a lo que yo pensaba) a pesar del cansancio propio del trabajo diurno y todo lo que provoca la atención a la familia; pues estaba despierta, recibió mis mensajes y respondió mis primeras interrogantes.

Eres instructora de teatro… ¿cómo fueron tus inicios?

El deseo de enseñar teatro es fruto del sentimiento que nació inspirada en la que fue mi instructora en la Casa de Cultura en el pueblo Atanagildo Cagigal en la Isla de la Juventud. Tengo muchos recuerdos. La primera obra que montamos fue: Si llueve, te mojas como los demás, de Héctor Quintero. Hacía de viejita y tenía que llorar. Me metí tanto en el personaje cuando se murió mi compañero, que me tiré arriba del baúl y se cayó de donde lo teníamos.  

Pero la manifestación teatral no ha sido precisamente lo que te ha hecho destacarte. Indiscutiblemente su etapa como estudiante estuvo más marcada como dirigente y eso influyó en su posterior desempeño como brigadista. Comenzaron a llegar responsabilidades…

Ufff, hay mucha diferencia (para bien claro) con respecto a mi etapa de recién graduada. Se lo debo a todas las tareas que me ha dado la Brigada: instructora en diferentes enseñanzas educativas, profesora en la Escuela del PCC Ñico López, al frente del parque temático La Mariposa, Secretaria de la UJC de la Escuela de Instructores de Arte Eduardo García Delgado, misión internacionalista en Venezuela en dos ocasiones, presidenta provincial y vicepresidenta nacional de la Brigada José Martí. Siento que he crecido espiritual y profesionalmente. Pero, aunque sea difícil de creer: amo más ser instructora.

Quienes han tenido la posibilidad de trabajar a tu lado, te reconocen como una persona comprometida y entregada. ¿Lo crees así?

Bueno, puede que no se vea bien, pero quizás esa sea la causa que fundamente el que hoy, a casi 19 años de haberme graduado, me desempeñe como directora del Centro Provincial de Casas de Cultura de La Habana.

Eilén dio un cierre a nuestra conversación al filo de la madrugada.

Tendré que esperar a mañana -me dije- pero que no piense que eso quedó ahí.  Formulé nuevas preguntas y volví a dejárselas en el chat. Cuando se conecte las verá.

¿Te consideras una mujer empoderada? ¿Han influenciado en ti los espacios formativos en los que has participado como parte de la Articulación Juvenil? ¿Existe alguna conexión entre el arte, tus funciones como directiva y lo que puedas haber aprendido en estos espacios?

A las seis de la mañana regresó y prometió responder en el trayecto hacia su oficina.

Es largo el camino de mi casa hacia allá, ahorita tendrás tus respuestas. Dame el chance de dejar las cosas listas de mis hijos, ellos han sido una bendición y yo respeto mucho el tiempo que tengo con ellos y con mi compañero que me ha apoyado para poder desarrollarme profesionalmente.

Comprendí que debía esperar y así lo hice. Una hora más tarde, el móvil comenzó a sonar en señal de recibo de mensajes. Era ella cumpliendo con lo prometido mediante una tríada de audios. Más trabajo para mí por la necesaria transcripción, pero lo agradecí porque pude sentir en su voz el sentimiento y el amor impregnado en cada una de sus palabras.

Ser instructora de arte me cambió la vida, me dio la posibilidad de ver las cosas diferentes, de poder encontrar buenos amigos, que hasta hoy se mantienen. Sé que te vas a reír, pero no dejes de poner que soy Fidelista hasta la médula, lo sabes y es mi máxima, eso y ser instructora, me ha hecho cambiar mi formación y mi forma de ser. Esa no es la respuesta a tu primera pregunta, pero siento que debo decirlo, tú edita.

 Hay algo que me sucedió que no puedo explicar bien. Como sabes, siempre he tenido responsabilidades, de estudiante, como trabajadora, en la casa… Pero me metiste el bichito ese de estar en las reuniones de la Articulación Juvenil, eres la responsable, ¿recuerdas? Allí fue cuando empecé a escuchar palabras como empoderamiento, machismo, equidad, estereotipos…

Sinceramente saber o reconocer cuando se vive un proceso de maltrato, de violencia de cualquier tipo o en cualquier ambiente es difícil, o no difícil…, es complicado. Complicado porque tienes que enfrentarlo, pero con inteligencia, sobre todo porque ha estado siempre ahí, lo que no lo habías notado o no habías querido darte cuenta. No sé si me entiendes.

Ahora nuevamente me envía mensajes cortos que fui hilvanando.

Es complicado porque muchas veces se repiten patrones de liderazgo y me ha tocado intentar encontrar mi estilo, mi propia forma de inspirar y hacer que las personas se motiven a seguirme.  

En uno de los encuentros escuché y debatíamos sobre el empoderamiento y los diferentes tipos de nombrarlos o que existen. Me rectificas si me equivoco…

El individual de la mujer, definido, catalogado como esa acción de romper estereotipos de género para permitir el acceso a cualquier función social elegida libremente y creo que toda esa vorágine de trabajo que llevo y también en la casa es como un ejemplo de lo que somos capaces de hacer las mujeres, sin proponérnoslo muchas veces.

Y está el empoderamiento de género para romper las barreras y la discriminación de género para construir una sociedad justa sin estereotipos en los roles de género.

Oyeee, sí que has estudiado, jajaja -le escribo.

Es importante. No puede ser un slogan el querer poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas, no solo en Cuba; sino en todo el mundo. Pero que esto ocurra en los ámbitos público y privado. Es que las mujeres forman parte de la sociedad, yo diría de la vida activa de la sociedad, estamos en todos los ámbitos sociales: artísticos, culturales, académicos, familiares, políticos.

Bueno, creo que ahora sí. Ya estoy llegando y allá la cobertura no es buena, además, llegando… ¡para una reunión!

Y cuando di por terminada la conversación… me vuelve a escribir…

Ahhh, no se te olvide poner que soy Fidelista hasta la médula. Quien conoce de la labor de Fidel y sus conocimientos del tema sabe el por qué lo digo. Poniendo eso, creo que sobra todo lo demás.