Palabras de Viengsay Valdés, Directora General del Ballet Nacional de Cuba

Este 17 de octubre se conmemora un año de la desaparición física de nuestra Alicia Alonso, la más extraordinaria bailarina clásica nacida en Cuba; país que le rendirá homenaje este diciembre para celebrar el centenario de su nacimiento.

El nombre de Alicia está inscrito con honores en los libros de historia universal de la danza. Quienes la conocimos e intercambiamos con ella en vida nos sentimos afortunados, al igual que el público que algún día pudo disfrutar de su arte.

La constancia, la exigencia, la calidad interpretativa y técnica, la pasión por la danza y la determinación de Alonso, son cualidades que pocos artistas reúnen. En ella se conjugaron para mostrar a una bailarina capaz de dejar huella en cualquier escenario.

Alicia fue única en su manera de bailar y es el paradigma de la escuela cubana de ballet. Su gusto estético y temperamento hoy nos identifican en cualquier parte del mundo.

En un período tan difícil como este que atravesamos, marcado por una pandemia, los artistas necesitaremos aferrarnos cada vez más a su ideal de bailarina, a esa entrega sin límites desde el corazón, a la voluntad férrea de pulir hasta los mínimos detalles técnicos, a la autoexigencia y el compromiso con la danza.

En el año de su centenario no hemos podido honrarle a la altura que se merece y que deseamos.

A partir del día de su cumpleaños, el próximo 21 de diciembre, ampliaremos el homenaje hasta el siguiente 2021, a fin de poder cumplir con la gloria que le corresponde.

Viengsay Valdés

Directora general del Ballet Nacional de Cuba

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