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En el Festival del Monólogo, también la ciencia y la experiencia

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Por José Omar Arteaga

La segunda jornada del Festival del Monólogo Latinoamericano y Premio Terry contó en el panel teórico de su primera jornada con dos momentos importantes. Desde Costa Rica llegó Karina Picado Vargas, actriz, cantante lírica, creadora audiovisual y neurocientífica, con el panel Modelo del sistema cognitivo reactivo para la actuación profesional: Un monólogo en sí mismo, que abordó las maneras de llegar a los procesos teatrales a través de las reacciones que se desencadenan en la actividad neuronal y las aprehensiones cognitivas del ser humano y cómo puede emplearlas, entrenarlas y hacer uso de ellas.

Picado Vargas en su conversación desarrolló un ejercicio de exposición conjugado con las dinámicas grupales para tomar conciencia del tema y reconocer cada uno de los procesos psíquicos que se desencadenan en el individuo, a su vez que los cruza con los algoritmos teatrales para establecer sus relaciones.

La actriz y científica lidera la Fundición Pro Aprendizaje e-Mocional desarrollada en el seno de la Universidad de Costa Rica para el estudio de los procesos psicológicos que intervienen en los seres humanos y ayudar a superar traumas, duelos o prejuicios que afectan la salud mental y física.

Después de la importante ponencia, se presentó el libro El arte de aprender, de la autoría de la artista, donde recoge muchos de los resultados de sus investigaciones vinculadas a las cuestiones neurocientíficas.

José Oriol González, líder de Teatro de los Elementos

Seguidamente el líder artístico José Oriol González, director de Teatro de los Elementos, expuso sus experiencias de vida y cómo por 30 años de trabajo ininterrumpido ha mantenido un teatro de resistencia, que continúa llegando a las comunidades rurales intrincadas para inmiscuirse en sus problemáticas y contarlas desde la escena, en un teatro que se preocupa y se ocupa de esencias que guardan comunidades y personas humildes del interior del país.

Oriol relató enriquecedoras experiencias sobre su basta trayectoria:

En el año 1990 nos juntamos ocho teatristas y nos fuimos a un pueblo llamado Jacksonville, en la Isla de la Juventud, una antigua colonia inglesa. Allí al dramaturgo Norge Espinosa, en medio de una lluvia de ideas, se le ocurrió el nombre. Nos fuimos en el barco Palma Soriano, con un baúl de aluminio de la Ópera Nacional y ocho bicicletas para armar un espectáculo llamado Historias de Jacksonville, donde cada actor interpretaba un cuento.

Teatro de los Elementos, fundado en 1990 por Oriol, entonces un joven actor y director, bebió de Teatro Escambray, y así le agradece a Gilda Hernández, Sergio Corrieri y a tantos otros que formaron parte indisoluble de la historia teatral alejada de las urbes y que continuó representando las problemáticas de los campesinos.

Desde su exposición, Oriol convocó al reconocimiento de este teatro que perdura a pesar de las vicisitudes, a la resistencia artística de un arte que ha logrado transformaciones sociales importantes.

La mañana de la primera jornada del evento teórico, se ha avanzó entre la ciencia y la experiencia de dos personas de teatro, dos abordajes diferentes del fenómeno, ambas igual de enriquecedoras para los estudiantes, actores y actrices, directores teatrales e investigadores. La V Edición del Festival del Monólogo Latinoamericano y Premio Terry se prestigia con sus invitados.

En portada: Karina Picado Vargas, imagen tomada de su perfil de Facebook.