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¿Cómo Teatralizar Las Danzas Folclóricas Cubanas?

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A propósito de la presentación del documental La teatralización de las danzas folclóricas, del realizador Pedro Maytín, producido por la agencia Caricatos

Por Marilyn Garbey / Fotos Nika Kramer

Pareciera que el asunto que nos convoca tan solo es de la incumbencia de los artistas. Quizás algunos piensen que, a estas alturas del milenio, es tema pasado de moda. La teatralización de las danzas folclóricas, el más reciente documental de Pedro Maytín Tejera, da fe de cuán necesario es volver a pensar en las infinitas variaciones de esta especialidad.

Teatralizar nuestras danzas folclóricas es un acto de amor a Cuba. Es reconocer la riqueza extraordinaria que nos legó el África negra, componente esencial de la espiritualidad cubana. Por eso Miguel Barnet subraya la impronta de la obra inmensa de don Fernando Ortiz, quien nos reveló todas las aristas de la cubanidad. La Dra. Isabel Monal recuerda el paso de los informantes de Argeliers León por el Teatro de las Naciones de París, fruto de la labor investigativa en las fuentes vivas de la nación. Lázara Menéndez, con visión descolonizadora, explica por qué llegaron a Cuba tantos africanos. Bárbara Balbuena aclara nociones que contribuyen a desbaratar prejuicios, así alumbra el camino a los investigadores y a los artistas.

El realizador Pedro Maytín, Foto Buby

Estamos en presencia de un documento de alto valor testimonial. Por aquí desfilan creadores que viven y trabajan a lo largo y ancho del país, quienes llevan a escena las múltiples imágenes de nuestra cultura popular tradicional: el Ballet Folclórico Babul, el Cutumba santiaguero, la compañía de Ciego de Ávila, Onilé de Las Tunas, el Folclórico de Trinidad, Raíces Profundas de La Habana, Ban Ra rrá de Guantánamo y La Habana.

Este material muestra figuras emblemáticas de la edad de oro del Conjunto Folclórico Nacional: Zenaida Armenteros, Lázaro Ros, Nieves Fresneda, Alfredo O’Farrill. No podía faltar la familia García, que tanto ha aportado a la danza cubana: Johannes, Juanito, Silvina, Odebbí. Las imágenes de Apalencados, uno de los clásicos de la danza folclórica cubana de la autoría de Manolo Micler;  una clase de Julia Fernández para el Conjunto, las secuencias del Sábado de la Rumba, completan el mosaico de la danza folclórica cubana, que ha sido construido colectivamente. Santiago Alfonso, con la lucidez que lo caracteriza, recuerda que Alberto Alonso y Sonia Calero forman parte de esta tropa.

No hay pretensión de dar lecciones. El documental propone diferentes aristas del tema, a través de voces autorizadas por sus largos años de estudio. Sugiere líneas para la polémica y estimula a continuar las indagaciones pues aún queda mucha tela que cortar. También evidencia cuán poco hemos trabajado para atesorar una zona de la cultura signada por la tradición oral, al tiempo que alerta que corremos el riesgo de que desaparezcan sus manifestaciones cuando sus cultores se marchen del reino de este mundo.

El realizador ha tomado prestadas secuencias de filmes cubanos de décadas pasadas, en los que la esclavitud era tema recurrente, aunque parece no es de interés para los cineastas de estos tiempos digitales, como si las secuelas de ese crimen se hubiesen borrado. La música y la danza, fotos y hasta videos de aficionados, se convierten en herramientas discursivas.Emociona escuchar la voz poderosa de Nicolás Guillén diciendo sus versos tan sonoros. Ver a Johannes García bailando para Changó. A Nieves Fresneda ofrendando a Yemayá. Son pruebas de que para teatralizar las danzas folclóricas cubanas hay que investigar y trabajar hasta el cansancio, para conocer a profundidad la riqueza de nuestras raíces. También recuerda que hay que conocer las leyes de la escena, que este no es el ámbito del foco folclórico, que la obra se presentará ante espectadores, algunos iniciados en los secretos religiosos y otros no. El maestro Ramiro Guerra lo dijo hace mucho tiempo, sugiero releerlo con frecuencia.

La película recuerda a los investigadores, críticos, profesores y estudiantes nuestra responsabilidad en la preservación de ese legado. Tarea ardua en un mundo donde lo digital sustituye lo vivencial, donde lo inmediato en las comunicaciones no deja mucho margen a la reflexión.Pedro Maytín Tejera ha realizado varios documentales, registros de zonas de la vida cultural cubana que no han recibido la atención que merecen. Ahora, Producciones Caricatos colabora con su empeño de indagar en el devenir de las danzas folclóricas cubanas. El documental ha comenzado su andar por la vida, constituyéndose en valioso material para la enseñanza, para los profesionales, para el público todo.

Las danzas folclóricas cubanas viajan apegadas a la tierra, muy cerca de los orichas y de los seres humanos que la bailan. Respetuosa de las diferencias, esta manifestación carga con una fuerte actitud anti hegemónica, expresión de libertad plena. Conservarlas vivas es nuestro deber.