Zoom Dada, representar(se) desde lo lúdico
Por José Omar Arteaga Echevarría
La Habana por estos días recibe en sus tránsitos un plus teatral. Volvemos al convivio luego de contingencias sanitarias, pausas virtuales y un mundo que inevitablemente ha cambiado la configuración de la vida. El Festival de Teatro de La Habana en su vigésima edición abrió el pasado sábado con las palabras de bienvenida de Carlos Díaz, director de Teatro El Público y Premio Nacional de Teatro 2015. La muestra internacional comenzó en el Teatro Martí con Zoom Dada de Bascule Théâtre, colectivo francés que está cumpliendo sus 25 años este 2023.
En Zoom Dada se dice todo sin articular palabra. Dos actores- bailarines- animadores conducen el hilo dramático de la puesta que hibrida códigos teatrales, danzarios y audiovisuales para lograr la construcción de imagen cinética en la cual está sustentada la acción. La escena va con/trans/figurándose a partir de la manipulación de los objetos. Paneles, lámparas, pantallas, luces móviles, sombras, proyecciones, se acomodan para vectorizar, subvertir y cambiar de una acción a otra como micro unidades (o microescenas) dentro de algo más grande.
Topamos con el pretexto para el despliegue lúdico, los personajes enrumban hacia el descubrimiento-exploración- representación. Dos personajes que se quedan sin ideas para dibujar… se bocetan, “buscan inspiración para representarse”, exploran la sensorialidad primigenia del ser humano.
La partitura gestual se apoya sobre todo en las danzas urbanas (waveing, popping, hip hop) que, como en otros países de Europa y América, incendiaron las calles como postura política-voz de los sectores marginados, fenómeno que permeó las capas sociales hasta la institución de academias y certámenes que han potenciado el desarrollo y expansión de estas corrientes.
En Zoom Dada la fisicalidad va acompañada por la cinética de las proyecciones en video que se presentan como extensiones, a modo de órganos virtuales de ese cuerpo escénico que se configura como un cuerpo interactivo, se amplía a partir de los recursos lumínicos, auditivos y dispositivos digitales que hacen de este, un espacio de narraciones transmediáticas.
Estamos en presencia de un espectáculo que, concebido y estrenado en 2015, se muestra fresquísimo por la solidez de su construcción. La concepción escenográfica contrasta con el minimalismo del movimiento, el cuidado y sobriedad de la gama de colores, el uso de máscaras, también un dispositivo que refuerza el juego escénico- representacional de emociones y pasiones, hacen que la pieza sea un gancho al espectador de principio a fin. Posee la obra ese halo cómico que recuerda la acción pantomímica del cine mudo y la manera de Étienne Decroux y su teatro físico.
La argucia en Zoom Dada radica en lo aparencial y lo experiencial, desde la escena se proyecta sencillez y ligereza, lo que acarrea una carga física considerable. Stéphane Fortin, director, coreógrafo y también escenógrafo ha ideado un espectáculo disfrutable, sin grandilocuencias ni excesiva parafernalia, con el tino de encontrar la belleza en lo comedido.
Foto: Tomada de Internet