Varias historias y una Casa del Cuento
Por Erian Peña Pupo y Bernardo Cabrera
Hasta el Centro Cultural Casa del Cuento, en la falda de la Loma de la Cruz, llegaron los participantes del Festival de Narración Oral El mundo de Palabras para celebrar los 16 años de la que es hoy la sede de la Compañía de Narración Oral Palabras al Viento, anfitriona del evento.
Allí realizaron una gran contada: Doris López, quien trabaja en la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arreola”, interpretó precisamente una historia del autor de Confabulario (1952) y La feria (1963), en la que explora lo oral y las tradiciones populares; mientras que Sara Zepeda habló sobre la vida del escritor mexicano Jorge Ibargüengoitia, prematuramente fallecido en el accidente del Vuelo 11 de Avianca en 1983, antes de relatar una historia de este autor.
En tanto, el argentino César Puntoni rememoró momentos de la vida de Diego Armando Maradona; la uruguaya Marie LGruss sintetizó fragmentos de la novela La tía Julia y el escribidor, del Nobel peruano Mario Vargas Llosa, sobre todo el romance inicial del joven Varguitas y la tía Julia; y el camagüeyano Jesús Lozada, la tunera Lesbia de la Fe y el proyecto habanero Te conté, por Cuba, sumaron varios relatos con histrionismo y gracia, en una mañana singular para alejar la tristeza “como una sombra que retrocede perseguida por los rayos del sol”.
El espacio fue propicio, además, para que Odalys del Monte, al frente de la Dirección Municipal de Cultura, entregara una reproducción del reconocido artista cubano René Portocarrero al Centro Cultural Casa del Cuento, y para que los participantes en el evento intercambiaran con Rachel García Heredia, presidenta del Consejo Nacional de las Artes Escénicas.
“Los cuentos no viven por la voz que los cuenta, sino por el oído que los escucha”, así refrenda en su entrada este Centro Cultural de la provincia de Holguín, que invita a soñar, revisitar la infancia y escuchar historias en voces de los narradores. Su director Yordanis Sera Rodríguez así nos cuenta:
Había una vez una idea…
La creación de esta institución era un sueño de muchos narradores, como Mayra Navarro, Elvia Pérez y Norma Arencibia. En el 2007, mientras realizaba una gira nacional auspiciada por la Asociación Hermanos Saíz con el espectáculo Los cuentos de la flor verde, junto a Fermín López, nos percatamos de que en ninguna provincia había una Casa del cuento ni un local, sede o institución dedicada a la narración oral.
Al regresar a Holguín escribimos el proyecto y se lo presentamos a la Dirección Provincial de Cultura, encabezada por Alexis Triana. Comenzamos a buscar un local hasta que un día vimos los camerinos en desuso del anfiteatro de la Loma de la Cruz y dijimos esta va a ser la Casa del cuento. Entregamos la propuesta y nos fuimos al Festival Internacional de Narradores Orales y Cuenteros Populares en La Habana. Fermín ganó el Premio Único que entregaba el Festival y ese reconocimiento creo que nos facilitó que lo aprobaran. Recuerdo que llegamos al lugar y escribimos con tiza Casa del cuento. Fue una forma de dejar claro que estábamos decididos a hacerlo.
Y trabajaron y trabajaron…
El sitio estaba completamente abandonado, destruido casi totalmente, no había baño y las condiciones no eran las propicias para desarrollar ningún tipo de actividad. Necesitábamos esa sede para desarrollarnos como artistas y tuvimos que dar un apellido necesario que fue “comunitario”, para que las personas, los vecinos y todos creyeran en nuestros sueños y supieran que este lugar iba a estar en función de algo positivo para ellos.
Al principio éramos solo tres personas y los vecinos nos apoyaron con la corriente, nos ayudaron con los cubos de agua para limpiar y así estuvimos trabajando intensamente durante una semana hasta que el 13 de abril del año 2008 realizamos la primera función debajo de un árbol y con los escalones de la Loma de la Cruz como escenario. Recuerdo que fue un espectáculo variado de cuentos, poesías y juegos infantiles de participación al que vinieron 35 personas.
Fue en ese preciso momento que…
Contribuimos con nuestro trabajo a las propias necesidades socioculturales y de recreación de la comunidad y eso no hubiera sido posible sin la integración y articulación de los actores locales e instituciones de la zona. “El cuento para el karma”, por ejemplo, es un espacio coordinado con el hospital de Salud Mental en el que se intercambian experiencias, se hacen testimonios e historias el primer viernes de cada mes. Tenemos también el espacio de los abuelos y con la ACLIFIM, la ANSOC, la clínica de ataxia y la filial de la Cruz Roja. El último que creamos fue “La luz del túnel”, que se realiza de forma coordinada con el proyecto Evoluciona, para que las mujeres cuenten sus historias de vida, intercambien y busquen soluciones a sus problemas. Asimismo realizamos uno espectáculo infantil dos domingos cada mes.
Decimos que las presentaciones más importantes son las que hacemos en la Casa del Cuento porque son nuestro público habitual. Fábulas de Cuba la presentamos en el Bertolt Brecht, pero antes la habíamos mostrado al público de nuestra comunidad, que es el que nos está viendo y ayudando desde hace 16 años. Así también pasó con otras piezas como Los músicos de Bremen, Bodas de sangre y Confesiones, que antes de llevarlas al Teatro Eddy Suñol hicimos ensayos abiertos con invitados de la comunidad para mejorarlas y ver lo que funcionaba y qué no.
Cuentan que entonces…
Esta no siempre fue la sede de Palabras al Viento, pero como era la casa de los cuenteros y narradores y la compañía estaba sin sede, necesariamente tuvimos que llegar hasta acá sus integrantes y poco a poco se convirtió en su sede. Tener un lugar donde guardar los vestuarios, hacer la producción, entrenar y ensayar, posibilitó que la compañía se desarrollara y, al mismo tiempo, ejecutara las actividades programadas por la Casa del cuento en la comunidad.
No obstante, creamos por una necesidad y estrategia de la institución el proyecto “Mi loma linda”, que consiste en talleres impartidos por las instructoras de arte para crear un movimiento de aficionados capaz de sostener la programación cuando los integrantes de Palabras estén de gira, participen en eventos o se encuentren centrados en el montaje de una función.
Y de repente llegó la pandemia…
Siempre digo que nuestra línea roja fue el 453304, que es el número de teléfono que tenemos acá. Durante el aislamiento provocado por la Covid-19 en el 2020 se me ocurre un día decirle a Fermín por qué no aprovechábamos el potencial humano de la compañía Palabras al Viento para crear un espacio en el que las personas llamaran y nosotros les hiciéramos un cuento. Lo materializamos y no pensamos que tendría tanto impacto. Se convirtió en una experiencia impresionante porque entraron casi 800 llamadas, la mayoría de personas adultas, que podría decirse que fueron las más afectadas psicológicamente por el confinamiento que trajo la pandemia.
Colorín colorado, este cuento casi se ha acabado, pero el tuyo…
Tener siempre una historia interesante que contar parte de la necesidad personal de cada uno de ampliar el repertorio, de leer, observar y hacer estudios de audiencia. También es un indicador de permanencia y un reto constante de superación porque aunque hagas el mismo cuento, este tiene que seguir atrapando la atención del público para que quiera volver a escuchar la historia y jugar el mismo juego. Contar un cuento por 16 años en un mismo lugar es muy difícil porque esos niños a los que se los dedicabas han crecido y ahora traen a sus hijos.
Y fueron felices para…
Dicen los estudiosos que el cuento es la primera manifestación inteligente del hombre y que el hombre es un cuentero natural que constantemente está haciendo historias sin percatarse. Por eso creo que aun cuando los niños y jóvenes estén “obsesionados” actualmente con la tecnología, siempre que las cosas se hagan con el corazón y sabiendo que vas a crear un sentimiento en el que te escucha, va a haber un impacto y perdurarán los cuentos. Además, buscando un poco la espectacularidad, dándole puntos de giro, empleando vestuarios, escenografías y con apertura para otras manifestaciones artísticas. Aseguro que por lo menos nosotros no los vamos a dejar morir y habrá siempre una historia que contar en la Casa del Cuento.