“Traslado”: Una Tierra De Victimarios

Por Elena Llovet / Fotos Ernst Rudin

Traslado, el montaje más reciente del grupo Teatro Impulso dirigido por el actor Alexis Díaz de Villegas, se presenta en la Casona Teatral Vicente Revuelta los viernes, sábados y domingos de este mes a las ocho y treinta de la noche.

El texto, de Thomas Melle, dibuja con claridad los tumores de una sociedad que se debate entre la discriminación, el arribismo y los peligros a los que nos expone la información manipulada.

La historia se centra en Ronald (encarnado por Díaz de Villegas), el pedagogo de un instituto que por su talento y pronto ascenso laboral despierta la envidia de sus colegas.

Un personaje del pasado de Ronald decide sacar a la luz que este había sido diagnosticado como maníaco depresivo en su juventud. La presión social acaba por conducirlo hacia el declive de su carrera para luego perder la razón definitivamente.

Como una suerte de cordero, Ronald habrá de expiar las culpas de una sociedad donde la diferencia sigue sin tener cabida. Pero, ¿cómo transitó el texto hacia la escena?

El montaje logra dinamitar aquellas zonas del texto donde la carga filosófica  prevalece, con ágiles entradas y salidas así como con la superposición de los diálogos.  En la puesta la palabra está empleada desde todas sus aristas, siendo en ocasiones un arma para los personajes a la hora de defender sus criterios, y en otras una máscara con la que logran escalar socialmente.

El novel elenco junto a la notoria actuación de Carlos Pérez Peña (nombre crucial de nuestra escena contemporánea), logra dar un rostro a los roles que de forma directa o indirecta conducen a Ronald hacia su calvario.

Por la solidéz de sus dotes más que probadas sobre las tablas, Carlos Pérez Peña logra entregar un personaje veraz que intenta escapar de los moldes de su medio: Shütz, director del instituto, quien vaticina en Ronald un líder innato, y sin embargo no apuesta por él luego de conocer su enfermedad.

El resto del elenco logra encontrar un registro homogéneo en el que todos logran incorporar el tempo y la algidez de una sociedad atiborrada de información. A pesar del desempeño y el rigor en las interpretaciones del conjunto, la labor Alexis Díaz de Villegas en el rol de Ronald, es un pilar indiscutible sobre el que se yergue la estrcutura de Traslado.

Alexis hace corpórea aquella premisa en la que el cuerpo del actor debe de funcionar similar a un instrumento musical. Díaz de Villegas accede sin oprobios a la memoria y experiencias acumuladas en su cuerpo, que transitan desde una etapa como la de Teatro Obstáculo, la estética de Teatro El Público, hasta una poética como la de Carlos Celdrán. Esta capacidad le permite sintonizar, similar a una armonía, el ritmo que le plazca desplazándose desde el naturalismo más formal hasta una partitura externa, que abarca desde la introspección a la paranoia más extrema.

Mario David Cárdenas asume el diseño escénico de la puesta en escena y logra crear mediante la síntesis, un entorno funcional y novedoso donde estos caracteres evolucionan hasta descubrir sus demonios individuales.

Traslado es una opción obligatoria para el espectador que ha asistido a la evolución de la agrupación teatral desde montajes anteriores como Balada del Pobre BB o El Talmud.

La investigación aplicada a la labor del actor y el trabajo sobre cuerpos textuales interesantes han pautado las bases de un grupo como Teatro Impulso y sus encuentros con el público y con la escena.