El Teatro Nacional De Guiñol Hacia Nuevos Horizontes: Entrevista Con Su Director General Rubén Darío Salazar
Por Indira R. Ruiz
La comunidad artística, y en especial los creadores del teatro de figuras, acogieron con sumo regocijo la noticia que circuló en el verano del año pasado: “Designado Rubén Darío Salazar como Director General del Teatro Guiñol Nacional de Cuba”.
Así pudo leerse en varios titulares de medios nacionales, y qué mejor elección para dirigir esta institución que este hombre de empuje sobrado. Además de compartir sus responsabilidades en el Centro Cubano de la UNIMA, la Comisión Internacional UNIMA 3 Américas, el Consejo de Expertos nacional y de Matanzas, ha asumido la dirección artística del Festitaller Internacional de Títeres de Matanzas (FESTITIM), desde 1994, y la organización y curaduría del Encuentro Internacional Retablo Abierto (EIRA), a partir de 2019.
Rubén es el teatrista incansable que desde hace más de 25 años dirige Teatro de Las Estaciones, con obras como La caja de juguetes, Federico de noche o Los dos príncipes, por solo mencionar algunas, y desde 2017 es Máster en Dirección Artística por la Universidad de las Artes (ISA). Sobre sus nuevas responsabilidades frente al Guiñol Nacional de Cuba conversamos.
¿En qué estado constructivo se encuentra el Teatro Guiñol en estos momentos? ¿Qué cambios están ocurriendo? Sobre todo sería interesante saber si el público verá algo diferente al entrar al espacio que ha fomentado la imaginación de tantas generaciones.
El Teatro Nacional de Guiñol (TNG), ubicado en el edificio Focsa, fundado en 1963 por los hermanos Camejo y Pepe Carril, se encuentra desde el segundo semestre de 2019 inmerso en una reparación capital necesaria. Salvar esa institución cultural, perteneciente a la historia de las tablas cubanas y pionera en la formación de un teatro para niños y de títeres profesional, es una prioridad del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, entre otras organizaciones implicadas.
El espacio no tendrá variaciones radicales en su estructura original, seguirá contando con una sala teatro, que pasará a nombrarse “Carucha Camejo”, y que, por supuesto, recibirá mejoras técnicas imprescindibles en el sistema de luces, audio, escenario, tramoya y butacas. Estará la zona de camerinos y locales técnicos completamente remozada. El vestíbulo-galería se llamará “Pepe Camejo”, además contará con la sección de oficinas, que exhibirá muebles y títeres originales de la compañía fundadora, esta zona tendrá el nombre de “Pepe Carril”.
Como novedad, un antiguo almacén adyacente al TNG se convertirá en la sala experimental “Armando Morales”, equipada para realizar representaciones, así como conferencias, talleres o proyecciones de materiales audiovisuales. Todo estará ambientado con imágenes de las personalidades y de los mejores espectáculos que habitaron el mítico sitio. Esperamos recuperar y mejorar los espacios exteriores en función del público asistente, ahora mismo tomados por cabinas telefónicas que nunca existieron allí y una puerta de acceso a las oficinas de etecsa que se encuentran en la base del reconocido edificio capitalino.
¿Cuál es la fecha tentativa de reinauguración?
No tenemos una fecha fijada todavía. Se avanza y se trabaja seriamente, pero el local está muy dañado, el deterioro se acumuló por años y el espacio, ubicado en un sótano, recibió –y aún recibe– las averías procedentes del edificio superior, donde existen oficinas, comedores, almacenes y centros nocturnos. Se trabaja duro, eso sí, pero no me atrevería a emitir un pronóstico para no ilusionar con falsedades a un público infantil y adulto que está esperando regresar a un teatro querido, que ayudó en la formación y esparcimiento de varias generaciones.
¿Cuál sería la composición de la nueva dirección, además de usted como Director General y Yudd Favier como Directora Ejecutiva, qué otras personas se han sumado a esta empresa?
La nueva dirección, además de Yudd Favier, teatróloga e investigadora de los procesos dramatúrgicos en el teatro de figuras y formas animadas, asesora dramática en activo, y de mí, aún se está conformando. No necesitamos ahora mismo una plantilla de personas que todavía no pueden hacer nada, lo más importante es acometer una reparación con calidad. La plantilla la estamos estudiando, pero deberá ser la conformación de especialidades de una institución teatral, técnicos, personal de sala, administrativos y profesionales de la comunicación.
A partir de su apertura, qué líneas de trabajo se desarrollarán –o ya se están desarrollando–, alianzas con eventos existentes, creación de eventos propios… ¿Cómo será la programación? ¿Qué criterios de selección se tendrá para la misma? ¿Habrá una compañía con sede acá?
No puedo separar de la dirección general del Teatro Nacional de Guiñol en su nueva etapa, al hombre inquieto que soy, vinculado a casi todos los eventos ligados a los títeres en el país e incluso a algunos fuera de nuestras fronteras. He llegado aquí por el que fui antes y soy todavía, un estudioso y enamorado de la profesión titiritera con plena actividad desde Teatro de Las Estaciones. Estuve vinculado por años mediante el trabajo o la amistad con las principales figuras del TNG. Trabajamos juntos, hicimos proyectos, discrepamos, nos pusimos de acuerdo, organizamos conferencias y eventos. Conocer a Carucha Camejo en 2001, traerla a Cuba y restablecer su diálogo con las mismas personas que formó junto a sus colegas, a partir de 1961 por toda la isla, tuvo como colofón el libro Mito, verdad y retablo: el guiñol de los hermanos Camejo y Pepe Carril, escrito a cuatro manos con el poeta, dramaturgo y crítico Norge Espinosa, ganador del Premio de Teatrología Rine Leal 2009, convocado por la Editorial Tablas-Alarcos y Premio Nacional de la Crítica Literaria en 2012.
No será el nuevo TNG la sede estable de una compañía, será la casa de todas las compañías que puedan ofrecer un trabajo creador de excelencia. La programación estará vinculada los martes y miércoles a apoyar desde las instalaciones a la Escuela Nacional de Títeres y a los estudiosos y curiosos de la manifestación. El jueves será para los montajes técnicos, el viernes para ofrecer funciones vinculadas a los centros pedagógicos y los fines de semana recuperaremos las funciones matutinas y vespertinas. Habrá espacio para el teatro de títeres para adultos, y pondremos en acción, para proyectos experimentales, la sala adjunta “Armando Morales”. Habrá mucho más, pero todo está en estudio.
La calidad, la disciplina, el compromiso artístico y ético con la profesión, será nuestro criterio de selección de todo lo que se presente en la tablas de esta nueva época del TNG, así lo hacían los Camejo y Carril cuando invitaban en las vacaciones de verano a las mejores producciones titiriteras de los guiñoles de provincia y así, en cuanto a criterios de calidad, lo haremos ahora, es una responsabilidad mayúscula que el Consejo Nacional de las Artes Escénicas puso en nuestras manos.
No será una sede para programar teatro de títeres, sino para programar el mejor teatro de títeres, a la altura de un espacio que representó a nivel nacional e internacional una huella de vanguardia, presentando el mejor teatro para niños y adultos. Recibiremos con tiempo solicitudes y propuestas para analizar y estudiar su aceptación, e incluso podremos producir proyectos que encajen en los criterios de realización artística del concepto del Teatro Nacional de Guiñol: obras de sonoridad, visualidad, texto y dirección artística con el rigor necesario, para un público que está esperando lo mejor, lo más novedoso e incluso lo desconocido.
Matanzas ha sido bautizada como “la capital del títere en Cuba”. ¿Qué relación tendrá TNG con esta ciudad en cuestión de eventos, por ejemplo con el TITIM que se gesta allá?
Es un bautizo que nació con la creación del Taller Internacional de Títeres en Matanzas, en los años noventa del siglo pasado, y con el desarrollo posterior del mismo que generó acciones concretas en la ciudad a favor de la promoción y dignificación de la manifestación titiritera. Parece un nombre grande, incluso algunos periodistas se lo han adjudicado a otras provincias que realizan eventos titiriteros y ser capital, que es ser cabeza, sitio fundamental, es otra cosa.
Hay que reunir agrupaciones punteras en el oficio e incluso contagiar con ese espíritu inquieto a otras agrupaciones, sean de teatro para adultos, danzarias o dedicadas al teatro de calle. Poseer un centro de documentación con materiales de consulta, promover encuentros nacionales e internacionales y diálogos generacionales que desarrollen el oficio, contar con líderes de la profesión, un museo o una galería al menos especializada en dar a conocer el arte titiritero, eventos, escuelas pedagógicas… es mucho más.
La ciudad de los puentes y los ríos siempre ha tenido relación con el TNG. Desde 1962, cuando los líderes de ese conjunto capitalino colaboraron en la formación del Guiñol de Matanzas. A partir de entonces se construyó un puente que por cercanía o afinidades estéticas y conceptuales jamás se rompió, ni aún en los momentos críticos de los años 70.
El TITIM, que a partir de 2020 pasará a nombrarse FESTITIN (Festitaller Internacional de Títeres de Matanzas), siempre contó con el TNG. Mientras la instalación se mantuvo abierta y con los detalles técnicos requeridos por las compañías invitadas, fue una subsede activa. Sus personalidades y espectáculos más importantes pasaron por los escenarios yumurinos. No es ahora diferente, no tiene por qué serlo, ni lo será.
Puntos fuertes y débiles del teatro para niños y de títeres en Cuba ahora mismo. ¿Cómo se plantea la nueva dirección del TNG paliar los puntos débiles y apoyar los logros que se pueden constatar?
Puntos fuertes y débiles existen no solo en el teatro para niños, sino en todas las artes, en todas las acciones donde el hombre pone sus manos, en la geografía, en la naturaleza, en las sociedades… El TNG no pretende ser un doctor “curalotodo”, porque estará dirigido por seres perfectibles.
Yo siempre creo que todo lo humano es perfectible, pero apostará con su proyección de trabajo no precisamente a “paliar”, que es sinónimo de encubrir, disimular, disfrazar, mitigar, las alternancias de calidades de una profesión u oficio vivo y cambiante a nivel mundial, sino a ampliar sus horizontes, a consolidar sus posibilidades de desarrollo y superación, a dignificar un arte que es mucho más de lo que uno alcanza a ver y que se imbrica hoy lo mismo con el cine, que con la ópera, el ballet o el circo.
Los límites del teatro de títeres, hoy reconocido también como teatro de figuras, teatro de formas animadas, teatro visual, se han atomizado delante de nuestros ojos, alcanzando una dimensión otra que tiene que ver con transversalidades, con estéticas contrastadas de una riqueza y proyección infinitas. De todo ello se hará eco el trabajo que llevaremos a cabo en el Teatro Nacional de Guiñol.
Foto de portada / Tomada de http://www.juventudrebelde.cu/
CONTENIDO REALCIONADO
Designado Rubén Darío Salazar Como Director General Del Teatro Guiñol Nacional De Cuba