René Fernández Santana: papalote hasta la luna
Por Omar Valiño
Nos cumplió 80 años René Fernández Santana. En plena actividad, la realización esta semana del xv Festitaller Internacional de Títeres de Matanzas, que él mismo fundara hace tres décadas, es ocasión inmejorable para celebrar tantos aniversarios y los grandes aportes de nuestro Premio Nacional de Teatro.
Artista en toda la extensión de la palabra. Maestro en igual medida. Formador de generaciones de titiriteros. Puntal de eventos y acciones de distinto tipo. Se trata de un extraño caso el suyo, en que sirve mejor lo genérico para describir su trayectoria, pues las particularizaciones serían infinitas.
Todo lo ha hecho, con mérito adicional, desde su natal Matanzas, pues se sabe que el camino puede ser menos empedrado desde un entorno central.
Muy joven fundó Teatro Papalote, el grupo guiñol que correspondía a la provincia de Matanzas, como parte del programa impulsado por la Revolución y guiado por los Hermanos Camejo, al cabo de seis décadas una referencia en la vitalidad diaria. Sus textos, sus puestas, sus diseños y sus técnicas le dieron el sello distintivo a Papalote. Ese, su cuartel en la calle Daoiz, se convirtió en un espacio de formación estética para la niñez de la ciudad y la provincia, lo que quizás sea su mérito más grandioso.
Desde allí promovió belleza, sencillez y humanismo, derramados a través de una serie de iniciativas, hasta convertir la ciudad en la capital del títere en Cuba; también reconocida en los cuatro puntos cardinales, desde donde han llegado agrupaciones y personalidades del arte escénico de animación de figuras y objetos. Luces que han servido para otras multiplicaciones dentro y fuera de Matanzas.
En un 1994, también dificilísimo, fundó este evento que ahora mismo cambia el rostro de Matanzas y ha resultado un gran encuentro pedagógico entre el cruce de experiencias nacionales e internacionales. De sus prácticas nacieron La Calle de los Títeres, el Narices rojas, de clowns, y otras, especialidades que renacieron en el país, impulsadas por René Fernández.
Su dramaturgia nace de varias fuentes. Recorre las creaciones propias, la adaptación de las veneradas historias clásicas para niños y, con igual categoría, el recordado ciclo a partir de las tradiciones africanas aplatanadas en Cuba. Varios libros e infinidad de montajes dan cuenta de ello.
Delgado, eléctrico, desbordante, elocuente… ha acumulado un extraordinario saber técnico que prodiga dentro y fuera del aula cual buen Maestro de Juventudes.
Vivió momentos duros («como todo el mundo», al decir de Borges), pero venció todos los obstáculos para hacer volar, como él mismo profetizó, su papalote hasta la luna.
Foto: Tomada del perfil de Facebook de René Fernández Santana