Producción, Promoción, Y Circulación Teatral
Son numerosas las estéticas que se generan en el ambiente teatral cubano, tan diversas y justificadas como la presencia misma de decenas de grupos en toda la Isla. Sin embargo, entender el teatro para adultos que se hace en Cuba implica también un sistema que va más allá de una función por la que muchas veces se juzga la salud del teatro. Detrás de ese juicio hay una serie de elementos que poseen una fuerte influencia en la calidad de un colectivo teatral. Voy a referirme solo a tres de ellos: la producción, promoción, y circulación.
La producción teatral, con sus nuevos y antiguos modos, con sus carencias y sus trabas burocráticas, si bien responde a los aspectos técnicos, artesanales, materiales de la escena, también influye de manera directa en los contenidos, las estéticas y el trazado conceptual de un espectáculo.
El teatro es un arte que se hace con el corazón, pero también se necesitan recursos que muchas veces las instituciones no pueden facilitar. Lo peor es que algunos colectivos se apoyan en esas carencias para justificar la falta de rigor, de creatividad en sus obras.
Otro elemento fundamental es la promoción del teatro, que no se reduce a la cartelera, sino que implica las relaciones coherentes entre espectáculos, publicaciones periódicas especializadas, y la crítica, tan necesaria para orientar no solo a los públicos sino también a la institución. Súmele a eso la falta del tratamiento periodístico en los medios de difusión masiva, tradicionales y alternativos, que coloque al teatro en el espacio que le corresponde, que atraiga a nuevos públicos y fortalezca las alianzas con otras artes más ponderadas.
La crítica, tan ligada a la gestión cultural, en ocasiones no cumple con sus funciones originarias, y es frecuente ver en algunos críticos el compromiso con creadores de élite, y no el compromiso con el teatro que se hace hoy a lo largo de la Isla. Un teatro en crisis y desarrollo que retrata el país en que hemos decidido vivir.
Por otra parte, la circulación teatral implica un sistema de giras, festivales, y eventos que son curados por personas cuyos fallos suelen ser cuestionables. Revisar las estrategias curatoriales y las pautas de selección es una tarea apremiante que debe hacerse con el asesoramiento de los creadores y de los críticos.
La imbricación y la coherencia de la producción, la promoción, y la circulación, nos conduce a la tan urgida jerarquización del teatro en Cuba, un viejo anhelo de los teatristas que trabajan incansablemente por el público.
Diferenciar las prácticas teatrales en términos de calidad desde la institución rectora no solo visibiliza a los mejores grupos, sino que deja espacio para el surgimiento de nuevas poéticas y revaloriza estéticas, temáticas, y abordajes a la realidad cubana, que el público culto que deseamos merece encontrar en escena.
Todas estas aristas, unidas a otras como la formación, los vínculos con la escena internacional, la tradición y la historia, conforman el mapa complejo, diverso, y a veces difuso, del teatro para adultos en Cuba.
Entender, analizar, y tomar conciencia de la importancia de la jerarquización, significa también valorar, en su justa medida, un arte que se hace con el esfuerzo y el amor inmensos de cientos de hombres y mujeres que, en tiempos de crisis, siguen confiando en el teatro, que eleva el alma y atisba tiempos mejores.
Isabel Cristina López
Noticiero Cultural / Televisión Cubana
2 de octubre de 2018