Ofelia: el cuerpo sobre la tierra partida (Parte II)
(espectáculo del Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA)
Por Juan Edilberto Sosa Torres
El mito de Ofelia siempre nos supuso que llegaríamos a encontrar-nos con las necesidades más inmediatas de quienes trabajamos en el montaje. Cuando llegamos al primer encuentro del proyecto de colaboración internacional JUNTARTE, encontramos otro camino: ¿Quién es Ofelia? ¿Qué parte del mito nos pertenece?
rompo las cadenas
que un día sujetaron mi voluntad/
rompo el papel
donde me escriben/
Luego de varios días en los talleres, los profesores que al final terminaron siendo asesores de las puestas o ejercicios decidieron que todos los participantes se nuclearan en varios proyectos. Estos maestros eran Andrés Morte (director escénico y realizador audiovisual español, vicepresidente de Fabbrica Europa), Manuela Cherubini (directora de Psicopompo Teatro en Italia), y Elena De Carolis (directora de Agave Teatro en Italia). Ellos nos proponían un cambio de estrategia, un cambio de mirada a nuestros proyectos desde la introducción de nuevos actores.
la mujer asfixiada soy yo
la mujer de seda y fango soy yo
la mujer que baila y excita soy yo
la mujer de flores secas soy yo
la mujer que renunció al castillo soy yo
A Maibel del Rio Salazar y Yanisleidys Laborí Cueva integrantes del Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA, se les unieron tres actores de distintas procedencias teatrales. Yosmel López Ortiz llegaba desde el teatro con títeres y figuras especialmente para niños. Su experiencia con el Guiñol Guantánamo ya lo hacía un gran actor y hombre de teatro, pero no tenía contacto directo con una dramaturgia como la que proponíamos para el proyecto. Algo que significaba un plus en la integración al colectivo de Yosmel fue su mirada de director escénico.
yo soy Ofelia
aprendí a volar en verano
cuando todo parece caribeño/
manejé en América del Norte por los caminos de hielo
subí la torre imposible
la daga en mi mano significa esperanza
mi collar de ojos significa revolución
el lamento de mis manos es herida y azúcar para el futuro
También desde el grupo Teatro Tuyo de la provincia de Las Tunas se incorporó Alejandro Miguel Batista Pupo. Su labor en el arte del clown era inmensa y su capacidad como actor también. El último de los que se sumaron fue Luis Alejandro Calzadilla Hechavarría. Luis provenía del movimiento de artistas aficionados de la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba. Su contacto con el teatro profesional era ninguno y su concepción del teatro como expresión era bastante limitada. Su irrupción sin dudas le daba otro enfoque a todo, uno menos técnico y más espontáneo. Una mirada también desde espectador.
¿puede una Ofelia pensar en el futuro?
¿puede una Ofelia construir algo?
Desde la primera vez que me tocó exponer nuestra posible puesta en escena tenía claro que este era un proyecto cuyo fin mayor era desnaturalizar la violencia hacia el cuerpo femenino ejercida por el poder en el devenir de la historia. Además de intentar entender el teatro como herramienta de sanación para quienes lo practican y para quienes asisten a cada función. Nuestro grupo siembre ha visto al teatro como un elemento de construcción social/espiritual y todo cuanto nazca de nuestros procesos creativo debe tener esa devolución.
en la soledad
la figura se expande
se hace héroe
se hace juez
se hace piedra/sal/fruta/agua
se hace flores sobre el rio Avon
se hace madre/
Para finalizar el taller de JUNTARTE, debíamos montar un fragmento de alrededor de 15 minutos. Todos los colectivos recrearon desde el teatro y la danza ejercicios diversos, pocos de ellos han llegado a la luz. Lo cierto es que aquella experiencia no era solo intentar montar un espectáculo, también era aproximarse a nuevos caminos.
Yosmel, Alejandro y ni siquiera Yanisleidys pudieron estrenar la obra. Pero sin dudas fueron parte del resultado. Mucho cambió Ofelia en su proceso más particular con el elenco de músicos y actores del grupo, pero yo aun veo en cada puesta a estos tres actores en algún parlamento o movimiento insignificante.
El sentido colectivo del teatro no es solo por la cantidad de personas que vemos en escena, también es por el número de personas que compartieron la construcción del proyecto en algún punto.
mi cabeza en el horno
es un ejercicio de sobrevivencia
lo asumo como respuesta a los hechos
no quiero empequeñecer
no quiero rodar como una pelota sobre la arena
no quiero huir
no quiero ser la montaña
no quiero llevar el nombre de mi verdugo
Un día el profesor Andrés me preguntó: ¿Qué es Ofelia? Sin respirar le contesté: Ofelia es un proyecto de puesta contracultural, que busca romper con la normalización de la violencia en el cuerpo femenino a través del mito de Ofelia y la biografía de los actores. Luego hizo silencio me cambió el tema y continuamos hablando de otras cosas. Unos días después, se sentó a mi lado en el teatro mientras operábamos nuestro turno de ensayo, y me comentó que no pensó que en Cuba se pesará el teatro de la manera en la que yo le hablaba. Luego, por supuesto, le hablé de la escena a cubana y de lo amplia y profunda que es. En esa ocasión incluso me habló de sus nuevos proyectos, de sus búsquedas como creador. Para ese entonces me trataba como a su igual.
¿cuántas hojas han de caer sobre el hielo?
¿cuántas normas me persiguen?
¿cuántas voces narran este ciclo?
¿cuántas ofelias se necesitan sobre la mesa
para cortar el rumor?
Foto de portada: Rubén Aja Garí
Tomado de http://ahs.cult.cu/
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