Las mujeres en la pantomima cubana, a propósito del X Encuentro Internacional de Pantomima
Por Gladys Alvarado
Para referirnos a los orígenes de la Pantomima en Cuba, tenemos necesariamente que acudir a 1961, final de la Campaña de Alfabetización. Considerada como la gran obra cultural de la Revolución y momento en que a toda aquella masa de jóvenes que ejercieron como profesores en los más intrincados rincones del territorio nacional, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz les ofreció la posibilidad de continuar sus estudios. Es precisamente entonces donde surge la idea de crear la Escuela Nacional de Instructores de Arte, que llevaría la cultura a todas las comunidades y sus graduados se encargarían de detectar aquellos talentos para integrar lo que sería posteriormente la Escuela Nacional de Arte, institución que formaría a los futuros profesionales inicialmente en las especialidades de Danza y Ballet Clásico, Música, Artes Plásticas y Teatro. Es en ese momento que se acercan a Cuba artistas internacionales con ideales progresistas, que acuden a la isla para dar su aporte a la naciente Revolución.
Coexisten aquí figuras del teatro como el uruguayo Hugo Ulive, los mexicanos Rodolfo Valencia y Alfonso Arau, los norteamericanos Federico Smith, importante compositor, las bailarinas Waldeen von Falkenstein y Lorna Burdsall. Entre ellos los franceses Pierre Chausseat y su esposa Catherine. Él era un destacado maestro de Expresión Corporal y Pantomima, de la escuela de Étienne Decroux y alumno de Leqoc. Tuvo una activa participación en el movimiento teatral cubano, ya que además impartió un taller en el recién fundado Conjunto Dramático Nacional donde a partir de sus resultados, dirige lo que sería la primera puesta en escena de este colectivo, Pantomimas en el año 1961. Motivado por el teatro musical, de gran interés popular, utilizó el humor, la parodia y la visión humorística de la historia en su exitosa puesta en escena De Película (1961), de la autoría del cubano Carlos Felipe. Integró el equipo de dirección del Teatro Musical de La Habana a cuyos jóvenes miembros del elenco les impartió clases y colaboró en algunas de sus obras.
Pierre, participa en el proceso de selección y formación de jóvenes profesores de Pantomima que nutrieran el claustro de la Escuela Nacional de Instructores de Teatro. Entre los seleccionados para esos fines se encontraban Elsa Hernández Costales y Olga Flora Fábregas. La primera, proveniente del Ballet de Alicia Alonso y la segunda del Conjunto Dramático Nacional. La figura de Elsa, lamentablemente fallecida, resultó vital en el proceso de formación de los mimos cubanos, no solamente en esos primeros momentos, sino a lo largo de toda su vida. Fundadora de la enseñanza artística, asesora de la televisión, protagonista, como veremos más adelante, del surgimiento de uno de los núcleos más importantes de la pantomima en el país. Olga Flora, formada en la Academia de Artes Dramáticas de La Habana, fundadora del Teatro Musical de La Habana, consolidó sus conocimientos en la polaca Escuela de Pantomima de Wroclaw, dirigida por Henryk Tomaszewski , fue fundadora del dúo Olga Flora y Ramón, así como del colectivo Mimo Teatro. Primera presidenta de la Sección de Pantomima de la UNEAC, donde bajo su mandato se realiza el I Festival de Pantomima UNEAC. Realiza giras por América y Europa y participa en encuentros internacionales de la especialidad. Se considera como de sus aportes fundamentales la utilización de temas y personajes nacionales donde se inserta la técnica a la gestualidad propia de nuestro país.
Otra de las mujeres a la que la pantomima nacional le debe la posibilidad de confrontar con maestros internacionales es la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, fundadora y directora del Ballet Nacional de Cuba, mujer amante del lenguaje del cuerpo todo. Nadie como ella supo conseguir que la pantomima propia del ballet se integrara orgánicamente al suceso coreográfico e interpretativo. Ella, bajo la égida de su fama mundial, convocó y logró que visitaran el país figuras como los grandes mimos Adam Darius, Ladislav Fialka y Marcel Marceau, a quienes tuvimos la posibilidad de disfrutar en la escena. Aunque cuerpos y gestos masculinos cubanos también subieron exitosamente a la escena, los momentos fundacionales de nuestra pantomima se encuentran en manos femeninas, a diferencia de otras naciones, donde el género masculino se impone.
Considerado como un segundo momento en el aporte de mimos al país, tenemos a la creación de la Escuela de Formación de Mimos, auspiciada por el Centro de Superación del ICRT. Con ello retomamos la figura de Elsa Hernández, quien acompañada por su ex alumno de la ENIA, Julio Capote, titulan a un grupo de adolescentes y jóvenes, la mayoría provenientes de los elencos infantiles de la televisión y con los cuales se funda el Grupo de Pantomima de la Televisión Cubana, de una protagónica participación en la programación de entonces.
Formadas académicamente, se incorporarán al colectivo, mujeres como Ileana García Evia, Mercy y Elena Prieto Morera, Maritza Torres Quintana y Maritza Acosta Yáñez, quienes luego de una fructífera vida artística en el medio televisivo, diversifican sus rumbos. En el grupo Mimo Clan, también bajo la dirección de Julio Capote y perteneciente al Consejo Nacional de las Artes Escénicas, otras mujeres irrumpen a la escena como Nidia Trujillo, así como en Mimo Teatro Nancy Rodríguez Feitó protagoniza y llega a asumir la dirección del colectivo, en sustitución de Olga Flora, hasta su desintegración.
No podemos olvidar a Yagruma, un colectivo de personas sordas, dirigido por Carlos Sánchez que inició su vida en el movimiento de artistas aficionados y en cuyo elenco contaban con tres muchachas. Maritza Acosta, en enero de 1993, funda Teatro del Cuerpo Fusión, colectivo creador cuyo objetivo aúna actualmente la creación artística y la formación profesional. Luego de todo aquel empuje inicial, la pantomima había caído en un terreno movedizo. Carente de una academia donde se titularan integralmente sus intérpretes, envejecidas muchas de sus figuras principales y debilitados los elencos, es que dentro de la propia compañía, se reinicia el proceso de formación en el año 1996, como un proceso meramente experimental, sin respaldo institucional y que contó con algunos alumnos del género masculino. Comprobada su efectividad, Maritza se lanza hacia la apertura de un curso habilitatorio de dos años de duración, ya con el respaldo del Consejo Nacional de las Artes Escénicas y el Centro Nacional de Escuelas de Arte. De primera experiencia es graduada, entre otros, Dalila Calzadilla Jardines; con un notable talento inicial perfilado
al calor del rigor técnico-artístico, Dalila consigue protagonizar las emblemáticas piezas cortas Una mujer, El burócrata, Vacío y Basta, también las grandes puestas en escena Las Pericas y El arte de hacer fortuna, pero se convierte también en una excelente profesora de repertorio y regisseur de la compañía; y así junto a sus compañeros de graduación Javier Rosales y Javier Alejandro Soria, intervienen como profesores, en la apertura del nivel medio de la especialidad (2004), con un plan de estudios de cuatro años que tributó a las artes escénicas veinticinco graduados.
Bajo el empuje de la infatigable Maritza Acosta surgió en 2010 un encuentro teórico práctico internacional, donde, hombres y mujeres de la Pantomima cubana se sienten más que complacidos de recibir y apreciar el trabajo de profesionales del mundo y, a su vez, mostrar un resumen del quehacer diario de la pantomima en el país.
En la X edición del Encuentro Internacional de Pantomima, Habana 2024, que se extenderá hasta el 23 de junio en el Complejo Cultural Bertolt Brecht y que cuenta con la participación de veintiún artistas de nueve países invitados, actuarán los jóvenes profesionales cubanos que aspiran a dar continuidad al legado; ellos están aquí con la sonrisa y el placer de mimar y mimarlos.
Fotos: Blog Ramón Díaz Artículos