La gran duda
¿Desaparecerá el arte cubano genuino? ¿Quedará solo de este el “arte-mercancía”, con los simulacros y sucedáneos “de éxito comercial” que hoy lo empobrecen?
¿Quedarán enajenadas del reconocimiento permanente y la adecuada presencia en nuestro “tesauro” cultural exhibido las obras que:
- no responden a corrientes prefabricadas por “curadores”, especuladores teóricos o publicistas globalizados;
- no coinciden con esquemas curatoriales y museológicos desconocedores de la simultánea diversidad y esa contradictoria historia del medio artístico donde nacieron;
- no rechazan referentes contextuales identitarios de nacionalidad espiritual, ni vivencias sociales propias;
- no provienen de falsas especulaciones seudoestéticas o construcciones de mercado, como tampoco han sido fabricadas con la mente puesta solo en la búsqueda de ganancias monetarias y rituales de moda;
- no concuerdan con los cánones internacionalizados aceptados por cierto pensamiento neocolonizador que niega la existencia de un proceso artístico raigalmente caribeño y latinoamericano, y en los cuales se incluye la devaluación de la cubanía artística en desarrollo?
¿La extinción de un arte cubano genuino no sería acaso un modo de resquebrajar la autoconciencia cultural que nos preserva y, asimismo, la soberanía simbólica y artística de la Patria?
Tomado de la revista digital La Jiribilla