Hermosa unión titiritera en fin de año
Por Mikel Chávez
Rubén Darío Salazar Taquechel tiene esa alma indomable de niño grande que teje y fertiliza suelos para amparar sueños.
Este fin de año, como un regalo hermoso se encontraron en el rodaje de Corazón feliz con Federico y Pipo Pipo, la tropa de La Rueda y la de Teatro de Las Estaciones.
Muchos se preguntarán el vínculo, y es que ambos proyectos comenzaron en la pandemia desde las mismísimas redes sociales cuando no habían teatros, ni estudios de grabación para hacer programas de radio, donde hubo que reinventar los modos de producción de Animados ICAIC y gracias a otros enormes soñadores como Armando Alba Noguera, Nilza González, Esther Hirzel, Alexander Rodriguez, Isis Chaviano, no se dejó de hacer muñequitos en los tiempos dónde el miedo nos invadía.
Entonces ese equipo también acogió a Federico en el cine de animación con su serie y hasta lo vinculó al hermoso proyecto de inclusión de lengua de señas cubanas en las producciones animadas cubanas, y por si fuera poco hasta propiciaron que los públicos se acercaran al personaje y rieran a mares y tuvieran sus corazones felices en la Peña del Multicine Infanta.
Sobre la miel y su importancia habla el hermoso guión escrito por Rubén, una metáfora de la vida misma donde confluye este fin de año dos personajes que a ambos nos hicieron aferrarnos a los sueños en tiempos de pandemia: Pelusin y Federico.
Rochy Ameneiro tiene un equipo de lujo que funciona como mecanismo de relojería y dónde te sientes a gusto de poder crear en ese maravilloso programa que cada día gana más seguidores, y eso sólo puede pasar cuando el motor impulsor de cualquier obra de arte es el amor, es pensar más en los otros y no en uno mismo escudado en el ego.
Corazón feliz también incluye intérprete de lengua de señas, Massiel Suárez, la misma de Cuentos para Federico. Tantas coincidencias no son por gusto.
Citando al propio Rubén en reciente artículo sobre Teatro de Las Estaciones en Cubaescena: ««Hacia ese camino nos llevó la pandemia cuando las salas teatrales estuvieron cerradas. En resumen, todo es una sola cosa: si trabajas para la infancia, la juventud, la familia… tienes que ocupar todas las plataformas, digitales, audiovisuales, escénicas o de cultura comunitaria».
Federico y Pelusín son esos talismanes que nos hacen siempre levantarnos, que nos salvan de la nostalgia o el miedo, que nos permiten reconstruir el camino. Gracias Rubén por renovar mi esperanza y por tan bello programa de Corazón feliz junto a Cuentos para Federico.
Texto y fotos tomados del perfil de Facebook de Maikel Chávez.