GANA ELVIA PÉREZ PRIMER PREMIO EN FESTIVAL DE TEHERÁN
Por Mery Delgado
La narradora oral Elvia Pérez Nápoles se alzó con el Primer Premio del 19 Festival Internacional de Contadores de Historias en Teherán 2017, acontecimiento que denota la calidad alcanzada por la narración oral en Cuba.
“Fue algo inesperado-afirma – porque no sólo no ha ido nunca un narrador a un festival en ese país de tanta tradición en contar historias, si no ningún artista de la isla”.
El departamento internacional de la Asociación Kanoon, que trabaja en favor del desarrollo de los niños y jóvenes, realiza cada año una convocatoria a nivel mundial que reúne la propuesta de cien contadores de historias de diversos países, después de una rigurosa selección quedan solamente diez así como narradores orales de todo Irán, entre los que se incluyen niños y jóvenes.
La maestra cubana, que desde 1990 se dedica a esta difícil profesión, fue seleccionada no sólo por su rica trayectoria, sino también por la búsqueda de los curadores en sus libros entre los que destaca Desde los vientos de Manguito, edición bilingüe publicado en el 2004 en los Estados Unidos, de donde seleccionaron la historia que ella debía defender.
“Primero me escogieron a mí. Me contactaron a través de internet, y después ellos mismos escogen la historia. Un único cuento “La tortuga y el venado”, que fue el que defendí. Esta es la famosa historia de la liebre y la tortuga, pero en este caso en la tradición afrocubana que nos llegó, tiene otro nombre. Por supuesto, de igual manera en esta historia las tortugas ganan haciendo sus trampitas, pero le dan una lección al presumido del venado, que está todo el tiempo alardeando de que es el mejor, corre más que nadie, tiene las patas más largas. Entonces ellos escogieron ese tema porque les pareció interesante para el perfil del concurso, y yo me adapté a su selección”.
“Desde el inicio nos explicaron que íbamos a tener dos presentaciones cada uno, una en escuelas, que a mí me tocó en una donde había niños afganos refugiados, y la otra en el concurso. Las dos veces debía contar la misma historia”.
La presencia internacional estuvo a cargo de India, Francia, Tanzania, Tajikistán, Australia, Argentina, Costa Rica, Colombia, España y, por primera ocasión, una representante de Cuba.
Según refiere Pérez Napoles, las dos presentaciones fueron diferentes. En la escuela pudo cantar acompañada de la guitarra y las claves, y contar animadamente su historia de la manera que habitualmente lo hace en nuestros escenarios, y los niños quedaron muy complacidos.
Sin embargo, como el concurso es difundido por todos los medios de comunicación , la defensa en público tuvo que estar sujeta a las costumbres de la región, y eso lo supo casi dos minutos antes de salir a escena, por lo que tuvo que adaptar su historia a esos requerimientos.
“Las mujeres allí no cantan en público, las mujeres cantan en privado para otras mujeres. Podía tocar la guitarra porque sí era permitido para nuestro sexo, pero tenía que decir la canción como un poema, sobre la música. La historia que es un cuento cantado por la tradición oral africana, donde los animales cantan cada uno su tema lo dije con ritmo de claves. Usé las claves para decirlo con palabras pero con ritmo, lo que decía cada animal. Toqué la guitarra y sobre el tema musical defendí mi cuento. Gustó mucho”.
De igual manera cuenta que tuvo que hacer ajustes con su vestimenta, agregándole más tensión a su presentación, minutos antes de salir al escenario.
“Yo iba con ropa normal de trabajo, para mí holgada, con un turbante puesto porque tenía que tener la cabeza siempre cubierta. Para mí yo estaba muy bien vestida de negro y de turquesa, que es el color del lugar. Pues tuvo una compañera de Argentina que buscarme un poncho amplio azul, me lo puse, y bueno pasé toda esa tensión previa antes de trabajar, y funcionó maravillosamente más de lo que yo esperaba”.
El tribunal estuvo integrado por el Dr. Norbert Kober de Alemania, la Dra. Mourty Benanta de Indonesia y el prestigioso escritor y poeta iraní, Mostafa Rahmandusf.
El jurado elogió la presentación de Elvia Pérez de muy especial, porque había respetado muchos códigos del concurso, sin saberlo. Era una historia que se ajustaba a los niños y a cualquier público, con una enseñanza educativa, y a la vez era una historia universal.
“Ellos consideraron muy valioso –agrega la narradora- la expresividad en mi manera de decir, haber dominado dos instrumentos musicales y sobre eso decir el texto poético, el vestuario, el cuidado con las palabras que todas fueron seleccionadas sin ofensas y con mucha gracia; y sobre todo haberme adaptado a sus condiciones dos minutos antes de concursar “.
“Bajo todas esas condiciones, yo creo que lo que me salva a mí es primero, la experiencia; son muchos años contando cuentos. La experiencia te va dando un entrenamiento para afrontar dificultades aunque sean al momento. Segundo, por mi personalidad, yo soy muy resistente a la frustración, yo soy una persona fuerte, me impongo enseguida, no me dejo abatir por casi nada. Y tercero, yo iba de alguna manera con algún conocimiento de toda esa cultura, porque soy historiadora del arte, me documenté tanto en la embajada como en otras instituciones, y ya iba psicológicamente preparada para asumir algunos retos. Sin olvidar que tuve muy buen colectivo de compañeros a nivel internacional”.
Y agrega al final de la entrevista: “Yo estoy muy contenta por el premio, por las puertas que abre a Cuba y sus narradores orales a esta región desconocida, a la maravillosa ciudad persa de los cuentos”.