Federico Maldemar o reinventarnos el tiempo
Por Maikel Chávez García
Vuelve a la escena el pintoresco personaje Federico Maldemar, un ratón que apareció en los escenarios cubanos en el año 2008, cuando la obra Un mar para Tatillo resultó ganadora del Premio Dora Alonso, de la editorial Tablas-Alarcos. Desde entonces y hasta la fecha ha conocido múltiples espacios que van desde la literatura, el teatro y la radio. En 2018 vuelve a aparecer como protagonista en La ínsula prometida, Premio José Jacinto Milanés y también por ese año la geografía de la isla disfrutaba de la puesta en escena Vida y milagro de Federico Maldemar, donde los espectadores fueron testigos de esa simpatía singular que lo caracteriza.
A mediados del mes de marzo de 2020, Cuba entra en el panorama universal. Afectada por la pandemia del coronavirus y ante la resolución nacional de protegernos en casa, se vio obligada a cerrar los espacios teatrales y los estudios de grabación de la radio. Los artistas teníamos una encomienda, reinventarnos el tiempo y establecer nuevas formas de creación.
Convocado por la presidencia de la Radio Cubana y la dirección de Radio Progreso, en los meses de abril y mayo, tuve a cargo la dirección de la Discoteca Popular de Radio Progreso. El espacio necesitaba una estructura más movible, debido a que extendió su horario, incluía el programa Somos Cuba de Radio Rebelde, más el concierto online del Ministerio de Cultura, pero la programación destinada a los niños aún quedaba ausente.
Fue entonces cuando nos preguntamos ¿Por qué no crear una suerte de revista totalizadora destinada a todos los públicos? Eso hicimos. Convocamos a artistas de primer nivel, líderes de opinión, que colaboraron con nosotros.
Así teníamos a Osvaldo Doimeadios y a Ernesto el flacomímico grabando cápsulas humorísticas con un alto valor educativo, a los doctores de la facultad de psicología de la Universidad de La Habana enviando consejos para sobrellevar el aislamiento social, a músicos, actores, escritores, pintores, enviando mensajes al pueblo para que permanecieran en casa, sobresaliendo nombres como Corina Mestre, Lizt Alfonso, Zaida del Río, Rubén Darío Salazar (Premio Nacional de Teatro 2020) Osdalgia Lesmes, entre otros. El Consejo Nacional de las Artes Escénicas también se hizo eco de la programación que desde las plataformas digitales se generaban. Los niños no podían estar fuera del diseño de esta revista sonora. Así surgen los cuentos, cada tarde en vivo.
Se acercaban Julio y Agosto y nos seguían preocupando los niños, el hecho de que no tuvieran un programa que los ayudara a hacer más llevadera esta nueva realidad, nos impulsó a idear un programa radial desde la casa, diseñado para los infantes y la familia en general. Ahí es donde sucede la magia, Federico hace su entrada triunfal desde el teatro hasta la radio.
Ernesto Tamayo me sugiere continuar con la idea de los cuentos, pero esta vez que fueran para Federico, quien ya gozaba de la simpatía de algunos y contaba además con una banda sonora compuesta por Eduardo O´Burke. Así inició la gran aventura de crear desde la casa, este espacio que comprende narraciones de los cuentos clásicos y de reconocidos autores cubanos a la manera gozadora y bien criolla de Federico y como valor agregado acercar a la nueva generación al patrimonio musical de Cuba y el mundo.
Crear desde la casa un programa radial y que su acabado sea similar a la calidad con que se realiza en los estudios es un verdadero reto. Comenzando por la selección del horario de grabación que siempre es cambiante debido al estado de ánimo de los vecinos, los cuales no tienen hora fija para escuchar a todo volumen sus canciones, o los vendedores ambulantes que en medio del momento más romántico de la grabación hacen gala de sus dotes vocales y lanzan sus pregones. Esto lleva a largas horas de edición, que puede sorprendernos hasta la madrugada. Hay que seleccionar la música, crear ambientes, sumergirnos en el universo sonoro que se va creando al transpolar la literatura a la radio.
Cada tarde a las 4:00 pm, por Radio Progreso, los oyentes pudieron disfrutar de la primera temporada de los Cuentos para Federico, que contó con 40 programas. Llevando a la par la página de Facebook, donde importantes creadores invitan a escucharlos, o se suben dibujos que envían los niños que siguen el programa. El diseñador y director de dibujos animados, Alexander Rodríguez, realizó la imagen gráfica del personaje. El espacio, con voces y dirección de quien escribe esta nota, guion y realización de Ernesto Tamayo, en muy poco tiempo, se ganó el cariño de los oyentes y no solo de los niños, sino de la familia toda, razón por la cual, la dirección de Radio Progreso nos ha solicitado una nueva entrega de los Cuentos para Federico.
Hemos vuelto a la carga, en la difícil tarea de la creación desde casa, sin las condiciones que requiere un dramatizado radial, pero con todo el deseo de llegar a nuestros seguidores y colmar sus expectativas. Resulta muy grato cuando nos llaman para comentarnos sobre tal o más cual cuento, o tal vez para sugerirnos qué nueva entrega debemos realizar.
En tiempos difíciles la actitud más sanadora es la de reinventarnos, crear multiplicidad de nuevos espacios para la confrontación con los espectadores. Del teatro a la radio y a las redes sociales, con la premisa de continuar el arte de la creación. Ya volverán los tiempos en que podamos regresar a los escenarios o a los estudios de grabación. El arte ha de iluminar siempre y provocarnos renovadores deseos de vivir. Gracias a los Cuentos para Federico por renovarnos la esperanza.
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