Escuela de títeres: sueño posible en Granma
Por Diana Iglesias Aguilar
La enseñanza de las técnicas del manejo de títeres se concreta con buen paso en la Academia de Actuación de la Escuela Profesional de Arte Manuel Muñoz Cedeño de Bayamo, provincia Granma, bajo la mirada severa del actor, dramaturgo y director de Teatro Andante, el profesor Juan González Fiffe.
El tercer curso de la formación regular básica está por comenzar, la tercera matrícula, un tercer grupo de egresados de la enseñanza secundaria (noveno grado) cambiantes y en plena adolescencia, que se enfrentarán a una rigurosa formación actoral, artística, ética, de vida.
Los dos primeros cursos tuvieron sus dolores de cabeza, la intermitencia del proceso, el fuera de calendario provocado por la pandemia del Covid, sumadas las consecuencias de una economía deteriorada que afecta todo, menos la sonrisa y el deseo de crear entre los artistas, más como asidero y necesidad espiritual para sostén propio y común, que como verdadera fuente para mantener una familia.
En la escuela bayamesa pueden estudiar muchachos de todo el Oriente cubano, regidos por el programa nacional de enseñanza artística para la especialidad, que se estudia en otras tres instituciones homólogas.
Sin embargo, la Academia bayamesa se distingue por sustentar la metodología formativa en la experiencia del grupo Teatro Andante, con predominio del teatro de calle, que usa música en vivo y dota a histriones de múltiples herramientas para actuar en escenarios inusitados, sin abandonar otras líneas técnicas.
Andante es bien conocido en el ámbito escénico nacional por sus montajes y estrenos frecuentes, giras y trabajo comunitario. Por tanto, las vivencias de los educandos se enriquecen con ese periplo diverso y colorido de los profesores: Mileydy Jiménez, Daylin Anaya, Adis Nuvia Martí, Claudia González y Fiffe, los propios actores de la agrupación que pasa las tres décadas de vida artística.
El objetivo es que los jóvenes actores y actrices sean capaces de soñar, diseñar, realizar y actuar los muñecos, desde los títeres de guante hasta los imponentes marotes, además de hacer la música en vivo, escribir la dramaturgia, diseñar y realizar escenografía, elementos de atrezzo, vestuario, maquillaje…, en fin un actor integral con nociones también de la dirección de teatro titiritero.
!Ambicioso proyecto! Que se va logrando poco a poco y del que se ven frutos en la formación de los dos primeros años de la especialidad que recién se evaluaron, aunque no es una especialidad de masas, más bien ingresan menos de una decena por año.
La escuela titiritera en Granma es una fortaleza para la continuidad en los grupos, sean especializados o no en la técnica, de aquí habrán de nacer nuevas agrupaciones en un futuro no lejano y reforzar otras a lo largo del archipiélago cubano.
!Enhorabuena para los titiriteros!