ENCUENTROS VILLANUEVA: DIÁLOGO ABIERTO PARA EL TEATRO
Por Mery Delgado
Al tercer encuentro Villanueva en la Sala Villena de la UNEAC fueron convocados los directores Carlos Díaz, de Teatro El Público, y Oriol González, de Teatro de Los Elementos.
Organizado por la Sección de Crítica e Investigación Teatral de la Asociación de Artistas Escénicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, el encuentro de casi dos horas resultó rico y aleccionador de buenas maneras de hacer teatro en Cuba, desde la verdad de un contexto singular.
Con moderadoras como las teatrólogas Vivian Martinez Tabares y Marilyn Garbey, los caminos de los procesos creativos de Montañeses, por Los Elementos, y Harry Potter se acabó la magia, de El Público se abrieron al auditorio pormenorizadamente, sin dejar resquicio al misterio de lo que sucede tras las bambalinas.
Ambos procesos partieron de historias de vida. El texto dramático de Atilio Caballero para Los Elementos expone el traslado de campesinos de la zona del Escambray a Pinar del Río en los años 60, el desarraigo y sus consecuencias, la pérdida de las prácticas culturales en la región, e insiste en la necesidad de preservar la memoria histórica e identidad.
La obra constituye un viaje único para el espectador, un recorrido abierto por un maravilloso escenario natural en las lomas del macizo montañoso Guamuhaya. Desde los varios bohíos, un ranchón, el río y la espléndida floresta, hasta el anfiteatro donde se cierra la obra.
Quizás uno de los mayores valores del texto está en la profundización de las consecuencias que trajeron estas migraciones forzadas para la cultura cafetalera de las montañas, la merma de tradiciones y costumbres de sus habitantes, que hoy todavía gravitan en la actualidad.
Por su parte Carlos Díaz, artífice de una academia, que desde el Trianón apuntala lo mejor del teatro cubano, instó a la dramaturga Agnieska Hernández para hablar de los sueños de los jóvenes actores y sus dificultades para ser realizados en la actualidad.
Harry Potter: se acabó la magia, desde el working progress sedujo a los espectadores, y como tantas obras lideradas por el Premio Nacional de 2015, va camino de sus cien funciones a teatro lleno, meta que se ha visto algo tronchada por estos días por la rotura del aire acondicionado en el Trianón.
Conocer cómo ambos directores movieron a su elenco en función de la eficacia del proyecto, cómo se han enriquecido los procesos a partir del encuentro con el público, y cúal ha sido la ganancia de sus representaciones, son argumentos sólidos para continuar esta iniciativa de la UNEAC con los Premios Villanueva de la crítica de este año.
Sin embargo, sería saludable que asistieran muchos más especialistas, estudiantes de teatrología, de la Academia de las Artes, periodista, y público en general a estos encuentros, para que el diálogo equipare la crítica con la experiencia teatral viva, que es en definitiva la razón de ser de esta propuesta.