El Teatro Guiñol de Camagüey en un viaje mágico
Por Miguel Alejandro Corella Buitrago
El Grupo de Teatro Guiñol de Camagüey es un colectivo que en 2023 cumplió 61 años de creado, destacándose en la escena cubana por su permanencia. Su estreno más reciente dio fe del trabajo del colectivo camagüeyano.
Cada vez que se alza el telón para presentar la obra de teatro El Príncipe y el Mar, un mundo de fantasía y emociones se despliega ante los ojos del público, cautivándolos desde el primer instante. Diseñada para los más pequeños de casa, pero con un mensaje que llega a todos los corazones, esta conmovedora obra es una experiencia teatral inolvidable para la familia.
El Guiñol de Camagüey deja a un lado el retablo convencional y muestra la relación actor-muñeco con técnicas de experimentación y búsqueda, para conformar un estilo que identifica al grupo camagüeyano. La escenografía es parte viva de cada espectáculo del colectivo que dirige Jesús Vidal Rueda Infante, quien ofreció sus criterios para Cubaescena sobre la puesta en escena.
Este proyecto fue un reto que asumí con entusiasmo y determinación. Puedo decir que es un logro gratificante. Desde el principio, mi objetivo era trabajar con los actores para que lograran interpretar sus personajes de manera auténtica. Les brindé la oportunidad de libre creación y propuesta en escena, fomentando así su creatividad y compromiso con la obra. Siempre creí en el potencial de cada actor y sabía que, al darles espacio para expresarse, lograrían personajes auténticos.
El trabajo con los actores fue intenso y exigente, pero cada esfuerzo valió la pena. A través de ensayos con un diálogo abierto, fuimos puliendo los detalles de la puesta en escena. Escuché sus ideas y sugerencias. Juntos encontramos el camino para que los personajes florecieran en el escenario.
Admito que el público en especial el infantil es muy complicado, son sumamente sinceros en sus reacciones. Si algo no les gusta, no dudan en expresarlo de manera directa. Por eso era fundamental trabajar en todas las escenas para mantener su interés y motivación. Nos enfocamos en crear un vínculo emocional con los espectadores, para que se sintieran parte de la historia y se sumergieran en el mundo mágico que les presentamos a través de las actividades lúdicas y elementos escenográficos fantásticos.
Durante todo el proceso mantuve una comunicación cercana con el talentoso escritor de la obra, Eddy Díaz-Souza. Su entusiasmo y apoyo fueron fundamentales para mantenernos motivados y seguros de que estábamos dando vida a su creación de manera especial. Darle vida a su obra en Camagüey nos llenó de alegría y responsabilidad.
Finalmente, el día del estreno fue emocionante. Ver a los actores en el escenario, entregados a sus personajes, el público disfrutando de la función, fue una experiencia inigualable. Un logro conjunto, donde el esfuerzo de todos, actores y equipo de trabajo, se vio recompensado.
Los actores del Teatro Guiñol de Camagüey también quisieron dejar constancia sus experiencias con la obra El Príncipe y el Mar:
Junior Vergara, es el actor que interpreta el papel del Rey Padre Eutimio:
Mi experiencia fue inolvidable en el estreno y proceso de montaje. Desde el principio, la historia del rey con alma de niño me tocó profundamente. Trabajamos arduamente en los ensayos, afinando los detalles y puliendo las escenas para lograr la mejor representación posible. Aunque admito que hubo momentos difíciles, siempre prevaleció una sensación de camaradería y apoyo entre el elenco y el equipo de producción.
Lo que más disfruté del montaje fue la libertad creativa. El director nos alentó a jugar, a improvisar y a dar rienda suelta a nuestra creatividad. Eso permitió que nuestras interpretaciones estuvieran llenas de vida, eso se reflejó en las escenas que construimos juntos.
Mi personaje, el Rey Padre Eutimio, se convirtió en alguien especial para mí. Su optimismo y alma de niño resonaron con mi propia personalidad, pude conectar profundamente con él. A través de sus ojos, aprendí a ver el mundo de manera más esperanzadora y llena de posibilidades.
Evelyn Echazabal es una actriz de talla amplia en la escena. Petra es su personaje en la obra El Principe y el Mar.
Petra es un personaje muy vivaz, fuerte, lleno de matices tragicómicos, que me permitieron apropiarme de él con mucho cariño. De cierta forma tiene puntos en común con mi persona, salvo que no tengo la experiencia de ser madre; lo cual también significó un reto, ante la triste situación de ser Petra una madre con un niño enfermo al borde de la muerte.
Todos estos elementos se mezclaron para un trabajo de caracterización específico, peculiar, en busca de la autenticidad, son personajes se ven con frecuencia en las tablas.
Una nueva y grata experiencia no solo desde el trabajo del Guiñol como especialidad, sino también desde la tramoya y papel de ayudante, o sea, ser parte de la maquinaria teatral, que también crea la magia del teatro para niños. En cada función, frente público o detrás de las bambalinas es una experiencia única e irrepetible.
La actriz Lianet Zaldúa Domínguez, le da vida a Marianito, personaje deslumbrante de la puesta.
Hace un año me dijeron que le daría vida a este personaje. Me asusté un poco, porque es un personaje masculino y, además, que es un niño. También tenía una enfermedad respiratoria. Pasé gran trabajo, pero a medida que fue pasando el tiempo me fui acercando a un estudio más profundo del personaje. Creo que después del estreno y de tener un acercamiento con el público he logrado encontrarle el hilo, después de todo, el reto del actor es lograr encarnar personajes que no tienen vínculos con uno.
El Príncipe y el Mar es una obra que toca fibras sensibles, aborda temas como el amor incondicional, la valentía para enfrentar lo desconocido y la importancia de permitir que nuestros seres queridos sigan sus propios caminos. A lo largo de la representación, el público se adentra en un mundo de fantasía, también se enfrenta a preguntas sobre la vida y la muerte, la fortaleza y la esperanza.
La belleza de esta obra radica en que su final es abierto, permitiendo que cada espectador interprete cómo continúa la historia o qué destino le depara a Mariano. Es una invitación a reflexionar sobre nuestras propias vidas y cómo abordamos los desafíos que se nos presentan.
El Príncipe y el Mar es mucho más que una simple representación teatral para niños. Es una experiencia que llega al corazón de toda la familia, recordándonos que la felicidad y la plenitud se encuentran en los lazos familiares, la libertad para soñar y el valor para enfrentar lo desconocido. Una obra que nos enseña a apreciar cada momento de la vida y a encontrar la magia en lo cotidiano.
Si tienen oportunidad de asistir a esta maravillosa producción teatral, no duden en hacerlo. Descubran junto a Mariano el significado de la valentía y la libertad, permitan que esta conmovedora historia les inspire a vivir al máximo, abrazando cada instante como si fuera un mágico tesoro por descubrir.
No cabe dudas que, para el Guiñol de Camagüey, el teatro es un lugar mágico donde los sueños cobran vida, y se amplifica el agradecimiento de sus actores con la escena y el resonar desde la platea el aplauso de su público seguidor.
En portada: El Príncipe y el Mar. Foto Alejandro Rodríguez Leiva, tomada del periódico Adelante.