De Luto La Danza En El Mundo Con La Muerte de Alicia Alonso
El Consejo Nacional de las Artes Escénicas lamenta el fallecimiento de Alicia Alonso, prima ballerina assoluta y directora general del Ballet Nacional de Cuba. Convertida en embajadora de la cultura cubana por el mundo, Alicia fue el nombre que logró sacar a Cuba por la puerta ancha de la danza internacional, cuando el 2 de noviembre de 1943, debutó en el protagónico del ballet Giselle junto a Anton Dolin, en el Ballet Theatre de Nueva York.
A partir de ese momento cambió la historia de la danza cubana. Junto a Fernando y Alberto Alonso constituyó la tríada que formó varias generaciones de bailarines y creó los cimientos de la escuela cubana de ballet, reconocida como una manera particular de encarar el baile de puntas.
Alicia asumió obras que dejó marcadas con su estilo personal, tanto a nivel interpretativo como técnico: Carmen (Alberto Alonso), Temas y variaciones (George Balanchine), Colombina en Arlequinada (Boris Romanov), el doble role de Odette-Odile de El lago de los cisnes, la Swanilda de Coppélia, entre muchos otros.
Incursionó también en la coreografía y legó varios títulos al catálogo del ballet cubano. Sin embargo, sus adaptaciones de importantes obras del repertorio internacional le abrieron muchas puertas en teatros de todo el mundo. Creó su versión de Coppélia para el Teatro Griego de Los Ángeles, en 1957, y asumió el protagónico de esa obra junto a André Eglevski como parner; para la Ópera de París realizó su versión de Giselle (1972), Grand pas de Quatre y La bella durmiente (1974). La Ópera de Viena recibió su Giselle en 1980 y el Teatro alla Scala de Milán, incluyó su montaje de La bella durmiente en 1983.
Su alto poder de convocatoria trajo a Cuba a figuras que la admiraron como artista. En cada Festival Internacional de Ballet de La Habana llegaron a la capital cubana bailarines procedentes de las geografías más diversas, compañías de renombre mundial visitaron nuestro país invitadas por Alicia y seducidas por el conocimiento de los espectadores cubanos. Esos propios espectadores que ella ayudó a formar realizando demostraciones públicas en plazas, escuelas, unidades militares, y en cualquier lugar donde pudiera exponer su arte a nivel popular.
Hoy, Cuba cuenta con una tradición en el ballet clásico. Y aunque ya el mundo conoce muchos nombres famosos de bailarines nacidos en este país, definitivamente el más conocido de esa tradición es el de Alicia Alonso, una mujer convertida en artista a los niveles más altos y un símbolo de la nación cubana.
En portada: Alicia Alonso junto al presidente Miguel Díaz-Canel y el doctor Eusebio Leal, durante la jornada que sirvió para develar su estatua realizada por el escultor José Villa Soberón, en el Gran Teatro de La Habana
Mercedes Borges Bartutis / Foto Buby