CAMAGÜEY SIEMPRE NOS DEJA UNA HUELLA
Por Mery Delgado
Volver cada dos años para ver el teatro que se hace en Cuba siempre es una fiesta a los amantes de la escena en Camagüey. Los habitantes de la ciudad lo disfrutan como nadie, y lo esperan sí, con pura devoción, es un público especial.
Siempre dije que este sería un festival atípico, y escribo de él cuando aún desvalijo mi equipaje. Varias ediciones he podido presenciar. Desde que era competitivo hasta ahora, que resulta una muestra de lo que considera su comité curatorial que es lo mejor.
Creo que nunca antes vi creadores de tantas provincias, 12 en total. Que no estuvieron al mismo nivel, eso también es perfectible y de eso se está ocupando muy bien el Consejo Nacional de las Artes Escénicas. Todo fue dicho antes de, y la vida de estos ocho días lo demostró.
El programa se cumplió de punta a punta, en sus horarios, y con una organización de elogio.
Presentaciones de libros y revistas especializadas, encuentros con la crítica, exposiciones y conferencias hicieron del Santa Cecilia nuevamente un espacio para reflexionar el teatro que se hace en la Isla.
Las salas siguen resultando pocas para tantas obras, pero todos los títulos contaron con más de una función.
Las destacadas coinciden con grupos que ya van separándose por una buena factura, un quehacer acorde a los nuevos tiempos, y una estética demostrada en un repertorio vivo y de marca en las tablas. En esa lista se nombran a Teatro Tuyo, Teatro de Las Estaciones, Retablos El Arca, Teatro de la Luna, y El Portazo.
A esta edición 17 faltaron: Teatro El Público, El Ciervo Encantado, Teatro Buendía, y Argos Teatro, que salvó la honrilla en una lectura dramatizada de Sonia se fue, de Melinda López.
Es una ausencia notable, si tenemos en cuenta que son dos años y que estos grupos no dejaron de estar en cartelera. Son referentes que debían estar, compromisos y voluntades aparte.
Los jóvenes teatrólogos del ISA, con Ambar Carralero al frente, lograron sacar el Gestus a tiempo cada dos días, boletín que guarda las memorias no sólo para los creadores, si no para los que recogen la historia de esta cita bianual.
Camagüey, la ciudad, su gente, nos reciben cada dos años. Su populosa calle República ha cambiado la imagen para bien, nosotros seguimos desde ya añorando otro nuevo encuentro.
Foto de Leandro Pérez Pérez/Adelante