El Arte Del Clown Visto En Su Misión Social

Limonada, programa de Tunas Visión que fomenta los valores humanos en los niños y adolescentes.

A propósito de la reciente celebración en Las Tunas del V Taller Internacional de Payasos y el análisis que nos invita a develar talones de Aquiles en el arte del clown, así como las maneras en que hoy se superan, resulta oportuno aludir ahora a las potencialidades del género en cuestión.

Como se ha dicho, tan solo en apariencias puede pensarse que el clown es concebido, exclusivamente, para hacer reír. Pero si escrudiñamos en sus interioridades, descubriremos que es un arte destinado a tocar las fibras más sensibles del espectador.

El público de Las Tunas responde masivamente en cada edición del Taller Internacional de Payasos.

Válido para formar valores resulta este género escénico, y así lo evidencian programas audiovisuales como el titulado Limonada, de la televisión tunera. La entrega de los payasos resulta idónea para la recuperación de niños con diferentes dolencias. Al respecto, los que desempeñan la modalidad terapéutica encontraron formas de superación en el taller realizado en Las Tunas.

Arianna Cruz, payasa terapéutica, opina sobre la ayuda que les brindan las sesiones teóricas que se programan en el Taller Internacional de Payasos de Las Tunas:

“Desde el payaso terapéutico, este taller es maravilloso porque nos ayuda a perfeccionar nuestros personajes. Y de ahí para mejorar el trabajo que hacemos con los niños en las salas, porque cada una tiene su diferenciación. Por ejemplo, cuando entramos en la Sala de Oncología, tienes que adecuar tu personaje al clima, a la situación de cada uno de los pacientes. Sin embargo, cuando estamos en una de las salas misceláneas del Hospital Pediátrico es diferente, porque es más abierto y el personaje tiene que estar un poquitico más arriba. Y estos talleres nos ayudan a perfilar más el personaje”.

También para la rehabilitación social de los jóvenes recluidos en centros penitenciarios es ideal la labor de los artistas del clown. En tal sentido existen experiencias positivas tanto en Cuba como en otros países de América Latina, dígase El Salvador, por citar un caso:

Steven Guasca, líder de la Asociación Cultural Irreal Teatro de El Salvador.

Steven Guasca, payaso de El Salvador y uno de los líderes del encuentro Festiclown, reflexiona sobre el papel social del payaso:

“Estamos trabajando con jóvenes privados de la libertad en El Salvador y estamos tratando de llevar diversas iniciativas, porque creemos que el arte es un medio para llevar a estos muchachos a restablecerse en la sociedad y a generar nuevas oportunidades, para que ellos mismos puedan ayudarse a superar muchas cosas. Les estamos enseñando danza, teatro y artes plásticas. También llevamos obras para niños que viven en comunidades muy difíciles, donde el común denominador puede ser la violencia. Cuando la Asociación Cultural Irreal Teatro hace el Festiclown también procuramos llevar nuestros espectáculos a los niños para incentivar su creatividad”.

Se trata tan solo de algunas muestras de cuán enaltecedor puede resultar este arte, toda vez que se respeten sus códigos y su esencia sublime como propuesta cultural.

En hora buena, entonces, a todos los artistas cubanos o foráneos que constantemente crecen en el plano profesional en la incursión de un género escénico que merece muchísimas reverencias.

Versión del reportaje de la periodista Anybis Labarta para el Noticiero Cultural de la Televisión Cubana, del 17 de marzo de 2020.

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