«A fuego lento»: la cocción de un elenco estelar

La reciente temporada completó un nuevo título para el Ballet Nacional de Cuba. Las funciones continuarán, en la sala Avellaneda del Teatro Nacional, los días 7, 8 y 9 de noviembre

Por Víctor Ricardo Cabrera Soriano

En los últimos meses –desde febrero de 2024 – el Ballet Nacional de Cuba (BNC) demuestra una vasta actividad, que me ha permitido disfrutar de un amplio número de ballets: desde el más romántico Giselle (1841) de Perrot y Coralli[1] , hasta el estandarte clásico, El lago de los cisnes (1895) de Petipá[2]. Ambas, reconocidas versiones de Alicia Alonso, sobre los libretos originales.

A esta lista podemos sumar el legendario Don Quijote (1889), también de Petipá, y otros títulos cubanos del siglo XX como Después del Diluvio (1981) de Alberto Méndez, uno de los creadores más relevantes en la historia de la compañía. He podido presenciar Tres preludios (2022) de Ben Stevenson, Ballet 101 (2023) de Eric Gauthier, y Apparatus del joven cubano Raúl Reinoso, por solo citar algunos.

Estas últimas coreografías evidencian de un extenso catálogo de piezas contemporáneas que atesora el Ballet Nacional de Cuba.  Sobre la variedad de estilos dentro de la agrupación, su historiador el Dr. Miguel Cabrera escribió:

“Aunque el respeto del ballet cubano por las grandes obras de la tradición ha sido reconocido por el público y la crítica mundiales (…) durante estas siete décadas (…) se ha fomentado un repertorio en el cual el peso (…) lo tienen las obras contemporáneas (…) (Ballet Nacional de Cuba. Siete décadas de creación coreográfica, 2024)

Al parecer así seguirá siendo, pues la reciente temporada del BNC trajo el estreno de A fuego lento, en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional. Las funciones continuarán los próximos 7, 8 y 9 de noviembre.

A fuego lento, atesora un amplio recorrido mundial, es de la autoría del brasileño Ricardo Amarante. En 2023, el BNC puso en escena solo un pas de deux de la obra; pero ahora, A fuego lento fue interpretada completa por un elenco joven que conserva el legado de una agrupación que forja “al artista como testigo de su tiempo” (Cabrera, 2024).

“Es un placer enorme compartir mis ballets en Cuba”, acotó Amarante. “A fuego lento, tiene ya un recorrido: ha sido interpretado por varias compañías alrededor del mundo. Es un ballet de tangos con mucha sensualidad y sexualidad, agregó el creador.

Amarante, quien acumula una sólida trayectoria en ballet mundial y ha pertenecido a compañías como la Ópera de París, confiesa que capta en A fuego lento, el “sentimiento del amor novel, que te calienta poco a poco”. Se mostró satisfecho con el elenco con el cual trabajó en esta ocasión, “por esa fuerza efervescente de las nuevas generaciones que lo integran”.

A primera plana: el ascenso de una nueva generación

“Un ʽcorp de balletʼ debe ser capaz de producir el efecto de un solo organismo respirando al unísono, creando un fondo perfecto de uniformidad para la danza solista”

Agripina Vaganova

El Ballet Nacional de Cuba es reconocido por sus primeras y más experimentadas figuras: Dani Hernández, Sadaise Arencibia, Anette Delgado, Gretel Morejón, Yankiel Velázquez, Viengsay Valedés, y el siempre elegante Anyelo Montero. Nombres que, con justicia acaparan los titulares de la prensa especializada.

Sin embargo, detrás de este star system “mediático”, se esconde una narrativa incompleta, producida por la comodidad editorial que se torna reproductiva, una y otra vez. Para romper con el statu quo, basta con hacer una paneo a los últimos tiempos del BNC, donde a los noveles les ha tocado permanecer firmes.

Ellos han sido, sin duda una suerte inmensa para la continuidad de nuestro Ballet, que no ha estado extenso de los impactos de una compleja situación social y el éxodo que ha marcado a Cuba. Considero que el colectivo ha seguido a flote, con probado éxito, gracias al talento emergente en sus filas.

Promesas del ballet cubano

La escuadra utilizada por Ricardo Amarante en su visita a Cuba reúne gran parte de estos muchachos talentosos.

A la delantera se sitúa el efebo Ányelo Montero, actualmente el primer bailarín con menor edad del BNC. Montero se maneja con total encarnación de los personajes que lleva al escenario, en combinación con su técnica precisa y físico llamativo. Es un intérprete que se ha nutrido de esa cualidad teatral que distingue a los formados por el estilo cubano de ballet, y así lo hemos visto en sus aciertos en los íconicos Basilio de Don Quijote y Albreht de Giselle.

Otro partenaire en evidente ascenso y que demuestra evolución dentro de las nuevas filas del BNC, con frecuentes apariciones en destacados personajes, es José Ángel González. Su progresión se ha notado por la certeza en roles de gran demanda física como El Bufón de corte de El Lago de los Cisnes, donde ha lucido sus virtuosos saltos en tour en l´air, tanto dentro como fuera de Cuba.

El propio bailarín dijo “haber tenido la dicha de protagonizar, junto a Gretel Morejón, el ballet Lucile”, reciente creación neo-romántica de Johan Kobborg (2023) para la compañía. Además, confiesa que “uno de sus papeles favoritos es cuando baila como uno de los Toreros, en Don Quijote”, donde también a exaltado sus cualidades interpretativas.

En este panorama sería injusto dejar de mencionar a Bertho Rivero y Erick Solórzano, quienes formaron parte del intenso sabor de A fuego lento y demostraron una amplia madurez escénica. Además, se erige el nombre de Alejandro Alderete, cuya puesta  en el rol de Espada, en la pasada temporada de agosto, fue un magnífico acierto.

Alderete, aparecerá próximamente en las funciones de noviembre, en la reposición de Love Fear Loss, también de Ricardo Amarante. Según se muestra en las redes sociales del BNC, este ballerino subirá a escena con un papel de peso en la dramaturgia de la pieza, confirmando su versatilidad.

Gabriela Druyet posee carrera sube con rapidez a su punto más álgido y en ese camino nos ha regalado hermosas encarnaciones como Kitri y Odette. Hace unos meses Gabriela Druyet declaraba en entrevista: “me he estrenado en varias facetas en los últimos tiempos, siempre es un sueño para una bailarina de ballet protagonizar un clásisco (…) Sin dudas la felicidad es mayor al ascender a bailarina principal de la compañía en la que me he formado.

Laura Kamila Rojas también fue ascendida por su desarrollo y compromiso con el BNC. Obtuvo la categoría de bailarina solista y casi de inmediato partió a la extensa gira de mayo-junio por Asia. Ahora, en las más recientes presentaciones del BNC, Kamila Rojas vuelve a sorprender sus veloces y exactos giros cargados de energía.

Nunca olvidaré su debut como Mercedes, en Don Quijote, donde lució al máximo los dotes que la han ascendido.

“Es un papel fuerte, de mucha exigencia técnica e interpretativa. Lo estudio seguidamente, para hacerlo más natural y dejar mi propio sello … El personaje tiene que ver mucho conmigo y eso me motiva a dedicarme más a su construcción”, declaraba la bailarina en los días cercanos a su estreno”.

Por último, sumaré a las menciones el nombre de Alianet Moreno, que se reincorpora a la escena tras la maternidad. En plena forma física, con sus hermosas líneas, Alianet resaltó en esta temporada y se ha sumergido en la seducción que demanda Amarante en su A fuego lento. Por su interpretación, Alianet captó mi atención durante el pasado Festival Internacional de Ballet de La Habana, donde apreció en el popular y demandante pas de quatre, del segundo acto de El lago de los cisnes.

Este nuevo posicionamiento dentro del BNC no es un fenómeno casual, es un proceso cíclico y mientras la escuela cubana de ballet conserve la pureza de su metodología, a menudo asistiremos a picos de ebullición dentro de las filas del ballet cubano. Por otro lado, este es el resultado de las políticas de la dirección actual de la compañía. Veamos el criterio emitido hace unos años por Viengsay Valdés, su actual directora general, tras ocupar la subdirección artística en 2019:

“Quisiera logar un sistema más justo para seleccionar los bailarines en los diferentes roles, mediante audiciones. Hay que darles oportunidad a los jóvenes según su potencial técnico y artístico”

 [1] Jean Coralli y Jules Perrot colaboraron en la creación de ballets, destacando su trabajo en la Ópera de París

[2]

Fotos © Argel Ernesto González