Artes Escénicas De Matanzas Poscovid
Ya se preparan los actores de Teatro El Portazo para el estreno de Todos los hombres son iguales.
Por Ulises Rodríguez Febles*
La memoria se diluye. Nada es igual al quince de marzo de 2020, que fue la última función a la que asistí antes de la pandemia, ya con el peligro en acecho, con hiporclorito para las manos en la puerta. Pero ese día no imaginaba lo que vendría después. La memoria se diluye, porque olvidamos sucesos, imágenes. Como uno de mis trabajos es registrarla, lo sé.
Clasificar y organizar imágenes en los archivos me ha demostrado que a veces en una semana, si no tomamos medidas, olvidamos el nombre exacto de la actividad, los protagonistas, la fecha. Casi siempre hay que volver a los documentos y confrontar. Por eso exigimos la entrega de fotos, como máximo a las setenta y dos horas.
La entrada del covid-19 a Cuba forma parte de nuestra historia inmediata, con acontecimientos que no se repetirán de la misma forma, ni en la que reaccionaremos igual. Ayer veintiseis de junio volví a una función escénica en espacios abiertos (muy diferente a la de una sala), estaba asistiendo a nueva etapa de nuestra vida, porque estamos en fase uno, por lo tanto ensayamos como puede ser una función en tiempo de pandemia y, según los medios oficiales, salió el último paciente del Hospital Militar Mario Muñoz Monroy, lo cual no quiere decir que todo haya acabado.
La de una Tropa en tu barrio Albio Paz fue una función en la que el público debía estar a un metro o más. En realidad algunos estaban a varios metros o protegidos en sus balcones, todos usábamos nasobucos y lo principal, los que actúan -válido para cada función programa en esta etapa- estaban separados entre sí (bailarines, teatristas), salvo el número circense, conformado por un pareja de artistas, unidos en la vida.
En el período entre el quince de marzo y el veintiseis de junio, transcurrieron muchos sucesos, que impactaron de diversas maneras a cada ciudadano, de manera individual, según su propia biografía: debate y cierre de fronteras, la llegada del Crucero ME Braemar, la petición popular y la decisión del cierre de las escuelas, las muertes y altas de los sobrevivientes con sorpresas diarias, las cuarentenas de personal médico y de comunidades específicas, en nuestro caso la de Triunvirato, que repitió; el aislamiento físico y social, los eventos hospitalarios de Cárdenas y el Faustino Pérez, el nacimiento de diversos proyectos escénicos en nuestras redes, la soledad y el silencio de nuestras salas teatrales, luego de haber afianzado un circuito escénico matancero.
Muchas cosas sucedieron, no solo en la sociedad, sino en nuestra psiquis. Enfrentamos una nueva etapa: convivir con el coronavirus, lo que se traduce en ser más exigentes con la protección. Esta primera función lo demostró: la gente estaba ansiosa por recibir algo así, mostró en su comportamiento, con su respectiva campaña de llamado a cumplir las medidas imprescindible, responsabilidad ciudadana. Desde el Reparto Reynol García, donde Miriam Muñoz realizó a la misma hora, su proyecto De Balcón a Balcón, según nos reporta Randy Perdomo, todo transcurrió con normalidad.
Podemos vivir, cuidandonos. Podemos disfrutar de opciones culturales conscientes de nuestro desafío: no romper los límites. Ya nuestra visión del coronavirus no es la misma que teníamos en el mes de marzo. Tampoco lo es la realidad a la que nos enfrentamos. Caminamos sobre un campo minado, donde es imprescindible tener la sutileza, la capacidad de sobrevivencia, el optimismo del zapador.
Fase Uno
Estamos aún en fase uno. La presidencia del Cpae y sus especialistas se han ido reuniendo con los directores de los colectivos, para abordar aspectos necesarios a tener en cuenta, para cuando comience la fase dos. La programación está preparada con previa consulta entre las partes, y solo depende de que se pueda comenzar.
Las funciones de La tropa en tu barrio Albio Paz y de Balcón a Balcón (Icarón), son un ensayo de propuestas en espacios abiertos en los que se ha puesto en práctica lo estipulado para la protección. En los teatros no será diferente, al igual que con las agrupaciones que trabajan en el turismo. En las reuniones se ha analizado, primero que todo, las medidas de higiene y protección en las salas; pero también que se comenzará con propuestas de pequeño formato o de espectáculos para evitar una relación demasiada cercana entre los actores o bailarines, en lo cual cada director ha trabajado, y donde se eviten espectáculos que interactúen con el público.
En las primeras etapas también se trabajará con talento artístico de Matanzas, de manera que se evite los viajes de una provincia a otra y como vía de garantizar la logística, que forma parte de una estrategia de contribuir a que no haya riesgos de ningún tipo, y que vayamos adaptandonos a convivir con el riesgo.
En el Teatro Sauto, por ejemplo, las primeras funciones serán en el Salón de los Espejos. Teatro Icarón realizará sus funciones el sábado, a las cinco, con monólogos de su repertorio. El Portazo iniciará los ensayos de su estreno Todos los hombres son iguales, que se realizará el veintitres de septiembre, en el Teatro Sauto, y no en el Biscuit, para evitar la cercanía con el público. Papalote iniciará en agosto con Los Ibeyis y el Diablo. D’ Sur cumplimentará está primera etapa con puestas de primeros formatos. El Mirón estará en la calle y en la Sala. Teatro de las Estaciones volverá con su repertorio habitual. Danza Espiral actuará en Sauto.
Faltan algunos análisis y también la práctica de estas primeras funciones, que necesitan una promoción priorizada. Con especial énfasis se ha analizado aspectos relacionados con la energía, el transporte y otras cuestiones imprescindibles que se irán adecuando a las circunstancias y que son vitales para la realización de la programación.
Todo empieza a moverse. Engranemos el mecanismo y estemos conscientes de que vivimos una situación de riesgo es vital, para que los telones sigan abiertos.
*Tomado de la página en Facebook Amigos de la escena matancera
CONTENIDO RELACIONADO