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Perro de raza, Perro en construcción

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Perro Callejero llega a La Habana desde Villa Clara y se presenta todos los viernes de abril en Fábrica de Arte Cubano

Por Frank Padrón

El resto de la isla, al menos en materia de teatro y danza, no es «área verde», como tiende a proclamar cierto slogan habanacentrista. Más de una agrupación talentosa y original puede hallarse en provincia, con propuestas muy atractivas.

Una de ellas, procedente de Villa Clara, es Perro Callejero, con casi año y medio de andanza desde que el 30 de enero de 2022 se presentaron por vez primera en El Mejunje, institución que muestra desde entonces su quehacer, junto a otras sedes como, recientemente, la capitalina Fábrica de Arte Cubano, ese reservorio de la vanguardia (inter)nacional en todas las manifestaciones.

Bajo el cobijo de la Asociación Hermanos Saíz, la agrupación danzaria es dirigida desde sus inicios por el joven coreógrafo y poeta Luis Enrique Ramírez Álvarez, y en tan breve tiempo ya ha crecido en número de integrantes, partiendo del dúo que originalmente fue.

Luis Enrique Ramírez, un líder natural en el actual escenario de la danza contemporánea cubana.

El universo referencial y semántico de Perro Callejero es tan amplio como variopinto e inclusivo, como demuestran sus espectáculos El tumbao del vecino (su obra de debut como grupo), donde focalizan la relación con el meta medio digital, la sobre información, las fake news y la armonía imagen digital/cuerpo, en una irreverente propuesta que incorporaba hasta la estética queer como estrategia, no solo comunicacional sino exploradora de las inquietudes eróticas y las posibilidades somático-sico-sociológicas del entorno, amplificadas y, a veces, sobredimensionadas por las redes sociales.

En Perreo con purpurina, otra de sus propuestas, se vuelcan al mundo del cabaret en intenso reciclaje de esa cultura a veces subestimada y mirada por encima del hombro, pero que ellos rescatan en todas sus posibilidades de interacción social y humana dentro de la nocturnidad, el licor y lo underground.

Su más reciente obra, Perreo en construcción, fue la propuesta que recibimos en Fábrica de Arte Cubano para beneplácito de sus tantos seguidores capitalinos y muchos espectadores foráneos que tuvieron la oportunidad de descubrirlos en la Nave 3 del concurrido Centro cultural.

La pieza, si bien puede significar un work in progress como el título pudiera referir, tiene a la vez mucho de acabado y tesis, en su abordaje de constructos que van desde una relación amorosa o un «postureo» grupal que decodifica (y resignifica) festivas coreografías populares, al concepto social que implica el emprendimiento de una «obra mayor».

Para ello tiene a bien incorporar canciones tan expresivas tales “Construçao”, esa masterpiece del brasileño Chico Buarque en versión aquí del uruguayo Daniel Viglietti –que grabara en los 70, a propósito, en Cuba, con acompañamiento del Grupo de Experimentación Sonora del Icaic— o nuestra “Bayamesa”, de Sindo Garay, que es tema como se sabe de reafirmación identitaria nacional.

Imaginación coreográfica, diálogo creador con las fuentes musicales, original vestuario a tono con sus temas e interrelaciones sensibles y sugerentes entre los danzantes, vuelven a caracterizar el trabajo de Perro Callejero y a tender, de este modo sólidos, puentes con el auditorio, siempre interesado y cómplice.

Fotos Archivo Perro Calljero