Palabras al Viento encuentran su camino a los oídos

Por Claudia L. Rodríguez Zaldívar

Voces y gestos que hipnotizan y trasladan a otros mundos mágicos. Historias que parecen cobrar vida frente a nuestros ojos. Ese es el talento de Palabras al Viento: convertir las tablas en un pasaje a un universo paralelo donde habitan todo tipo de criaturas fantásticas y anécdotas inverosímiles.

Esta compañía, fundada el 14 de abril de 2004, como el Frente de Narración Oral del Teatro Dramático de Holguín, mantiene el mismo objetivo que tuvo el primer día, pintar con palabras, múltiples y sensacionales historias para un público de todas las edades. Público que en la actualidad abarrota sus espectáculos.

Los casi 20 años de abnegada labor han tenido su recompensa, pues esta compañía es reconocida a nivel nacional e internacional y ostenta lauros como los Premios de la Ciudad de Holguín, Premios Contarte por su trayectoria y el Juglar Honorífico otorgado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

Érase una vez…

Palabras al Viento surge a raíz de una visita que hace a la ciudad la maestra Elvia Pérez, narradora oral invitada por Norma Arencibia, a la cual le sugiere abrir en el grupo dramático de Holguín un espacio para la narración oral. Al cabo de un tiempo, las muchachas que trabajaban ahí, y que en ese momento se llamaban Pico de oro, deciden separarse. Entonces se le cambió el nombre y comienza a llamarse Palabras al Viento», expresó Fermín López Hernández, actor y director de la compañía.

Para niños y con niños

Sergio Miguel Proenza Díaz fue uno de los 20 niños que participaron en el espectáculo A la una, a las dos y a las tres, basado en el libro del autor mexicano Francisco Navarro. Aunque en la actualidad este joven no esté vinculado a la cultura, recuerda con dulzura su experiencia durante la preparación de la obra.

«Me enteré por la radio que la compañía Palabras al Viento iba a hacer un espectáculo para niños en donde los protagonistas fueran, precisamente, los niños. En ese entonces tenía 13 años y siempre me gustó bailar y actuar, así que al saber de esto fui al casting que se hizo en el Pabellón Mestre y pude integrarme a la obra que preparaban.

Éramos quizás 20 niños, todos con mucha energía y talento y ellos supieron canalizar todo eso. Nos dieron mucha confianza y aprendimos a dejar de lado la timidez mientras actuábamos. La verdad es que fueron más que profesores, se convirtieron en nuestros amigos», confesó Sergio Miguel.

En esta obra, los juglares, manifestaron su estilo característico, el cual se basa en combinar el dominio de los medios expresivos de la oralidad, utilizar los recursos escénicos y no limitar su actuación a un grupo de edades, sino abarcarlas todas y convertir sus espectáculos en experiencias para toda la familia.

Vientos huracanados contra la covid

Fue este estilo y, por supuesto, su inagotable energía, los cuales durante un periodo tan difícil como la pandemia de COVID-19 convirtieran a Palabras al Viento en el aire fresco que cada niño podía disfrutar desde casa.

«Cuando llegó la COVID sufrimos un shock, pero finalmente decidimos que no podíamos dejar de trabajar. Queríamos que la narración oral y los cuentos estuvieran al lado de nuestro público. Así surgió la idea de crear un espacio llamado «Cuentos de 10 a 12″, donde narráramos historias por vía telefónica. La aceptación fue tanta que tuvimos que habilitar una extensión para que pudieran trabajar dos narradores a la vez» , rememoró, complacido, López Hernández.

El trabajo de Palabras al Viento no se detuvo ahí, pues poco después apareció «Cuentos vía WhatsApp» mediante el cual mandaban los cuentos a varias provincias del país e incluso llegaron a tener oyentes de México, España y Chile. Algunas de las historias fueron radiadas dentro y fuera de Cuba en emisoras como la chilena Radio Astral.

«Del trabajo realizado durante la COVID creo que uno de los que más impacto tuvo fue el de Cuentos vía WhatsApp. Este tuvo tan buena aceptación que decidimos mantenerlo. Al menos una vez a la semana (los sábados) se siguen enviando cuentos en audio», comentó Rocío Pérez, miembro de la compañía.

Radio Holguín también les ofreció un pequeño espacio cada mañana para que contaran sus cuentos en vivo.

«Fue un ejercicio grandísimo para nosotros porque tuvimos que estudiar mucho, hacer selecciones de textos para toda la familia y prepararnos mucho porque la gente esperaba un cuento nuevo cada día», confesó López Hernández.

Las palabras sanan, ese es el concepto de Palabras al Viento y debido a él y al significativo aporte cultural durante un periodo tan difícil, les fue otorgada la Placa «Unidos los que aman y fundan», entregada por única vez por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

Historias que no tienen final

Palabras al Viento no detiene su abnegada labor y deleita al pueblo holguinero con su arte en varias comunidades, centros culturales y bibliotecas. Siempre prestando atención a los infantes a los que hacen soñar con sus historias.

«Palabras al Viento para mí significa la vida, lo que siempre había soñado. Es el resultado de una carrera de muchos años de estudio, de agrupar gente buena y talentosa, de brindarles conocimientos y de prepararlos para vivir en el mundo del arte, no solo en el mundo del teatro y de la narración oral. Es la satisfacción de crear artistas integrales y de poner una compañía al servicio de la familia holguinera y de la familia cubana. Es un sueño hecho realidad», refirió Fermín López Hernández.

Bailan, cantan, narran, confeccionan sus propios trajes, tocan instrumentos musicales; hacen arte en su más completa forma. Así Palabras al Viento encontró el camino a los oídos de una ciudad que ahora no quiere dejar de escucharlos.

Fuente: Periódico¡Ahora!