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Matanzas: Nueve Diseñadores Para Teatro De Las Estaciones

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Comentario a propósito de la exposición Estaciones Gráficas: 9 X 25, inaugurada en la Galería El Retablo el pasado 26 de enero, como la primera acción artística por el 25 cumpleaños de Teatro de Las Estaciones.

Por Rubén Darío Salazar

El mundo de las artes gráficas se lleva bien con el teatro. No solo por la importancia que tiene el cartel que anuncia el espectáculo, sino por lo que esa propia obra, en el estilo individual de cada diseñador, manifiesta, describe, y sugiere acerca de la puesta en escena promocionada.

                        Diseñadores que han colaborado con Teatro de Las Estaciones

Teatro de Las Estaciones atesora en sus primeros 25 años la poética de Zenén Calero, su diseñador principal, pero también la de otros artistas que han sido invitados en diferentes producciones para hacerse cargo de la plástica de los carteles y programas. El propio Calero ha hecho este convite consciente de lo que estas nuevas aportaciones visuales y conceptuales pueden reanimar la imagen gráfica de la agrupación.Diseñadores de todas las edades, con diferentes formaciones pedagógicas y tendencias estéticas, han dejado su huella en ese álbum físico y sensorial que conforman los diferentes carteles realizados por estos creadores. Pedro Luis Díaz Dávila en 2006, montó con los títeres de Zenén para Historia de burros, un límpido paisaje que refleja con fidelidad lo que narra con títeres planos la conocida fábula escrita por René Fernández. Otra cosa bien diferente es el trabajo de Robertiko Ramos para Pinocho Corazón Madera, en 2011 y Por el monte carulé, en 2009, al proponer para ambas piezas su peculiar universo de colores, texturas y líneas, tan atrevidas como apuntadoras de la esencia de lo que promueven.Ninguno de los tres afiches concebidos por Johann Enrique Trujillo  para El gorro color de cielo, en el 2000, El irrepresentable paseo de Búster Keaton, en 2014 y Los zapaticos de rosa, en 2018, se parecen y a la vez sí. El manejo de las herramientas tecnológicas, junto a la utilización cuidadosa de letras y composiciones espaciales, dejan en claro su personalísimo sello gráfico.

                                El encuentro invadió las calles de Matanzas

Otro de los inquietos artistas que han bosquejado los espectáculos de Las Estaciones en este cuarto de siglo es Abdel de La Campa Escaig. Su labor para El patico feo, en 2015, Retablillo de Don Cristóbal y la Señá Rosita, en 2016, Retrato de un niño llamado Pablo, y La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón, en 2018, denotan una fantasía desbordada, junto al manejo virtuoso del instrumental digital de estos tiempos.

                   Foto familiar en la Galería El Retablo

Nelso Ponce, reconocido artista gráfico nacional e internacionalmente, se incluye en el catálogo estacionero a través de Canción para estar contigo, en 2017, donde recrea imaginativamente los dibujos de Zenén para terminar conformando un poster de poderoso atractivo.Dos diseñadores escénicos Mario David Cárdenas y Frank David Valdés, la ilustradora Yahilis Fonseca y el pintor Vincent Enríquez Landín, cierran nuestras estaciones gráficas. Cada uno pone de sí mismo de manera original. Detallista y libre a la vez se presenta Frank en sus estructuras visuales para el cartel de Pedro y el Lobo, de 2019. Un cosmos simétrico y coloreado levanta Mario David en Cuento de amor en un barrio barroco, de 2014. Yahilis nos muestra en Alicia en busca del conejo blanco, de 2013, su imaginario mágico e individual, dueña de recursos técnicos que utiliza con agradable transparencia. Cierra la galería Vincent; su plástica para Los dos príncipes, en 2016, es un verdadero regalo, ejemplo de su dominio con el pincel, un poderío que no por asombroso deja de convocar la maravilla.

Vendrán otros artistas más a completar nuestro libro matizado de otoños y primaveras. Por ahora son estos nueve creadores los protagonistas de unas estaciones marcadas por sus prodigiosas invenciones. Un cuadernillo gráfico que ahora mismo queda abierto, hacia una infinitud que no conoce de límites.