Inés María Preval: «Quisiera Morir En El Intento»

Entrevista con Inés María Preval, Minina, una de las bailarinas cubanas más importantes de los últimos años, sin lugar a dudas.

Por Edgar Ariel

Todo comenzó porque quería que me contara sobre el carnaval acuático de Caimanera. A mí me encanta el carnaval. La feria. Bajtín ni Bajtín. Con un carnaval acuático Bajtín se volvería loco. Loquísimo.

A mí me encanta el carnaval y me encanta Caimanera. Sólo he estado una vez, hace unos años. En una gira de Codanza fui. Recuerdo las dos garitas antes de llegar. El listado para entrar. La cerca de la Base Naval. El alambre de púas. La bahía. La frontera sobre la bahía. El agua oscura. Carmelita. El mangle. La playa Tokio. Los pescadores. El cine. Los pilotes de las antiguas casas de juerga. La salina. Las parcelas de agua salada. Los flamencos.

Muy de mañana salía a correr. Casi salía del pueblo. Tenía que pedir permiso en la garita de entrada para que me permitieran seguir hasta un poco más allá. Allá quedaba la salina, repleta de flamencos.

De esto hablamos cuando hablamos de correr.

Esta entrevista comenzó porque me enteré que había sido reina del carnal acuático de Caimanera en 2012. Cuando le pregunto por WhatsApp sonríe y responde “tengo un pasado oscuro”.

Inés María Preval, Minina, como muchos la llaman, es de Caimanera, y es una de las bailarinas cubanas más importantes de los últimos años, sin lugar a dudas. Por sólo mencionar algunos posee, entre otros, el Premio Nacional Ramiro Guerra, el Premio Elfriede Mahler, DanzanDos, Guamo, SolamenteSolos, y por dos años consecutivos, 2015 y 2016, el Grand Prix a Mejor Interpretación en el Concurso de Danza de Atlántico Norte Codanza y Grand Prix Vladimir Malakhov.

“Fui reina del carnaval con dieciocho años, un momento maravilloso. Mi pueblo me eligió reina y me sentí una mujer absolutamente feliz”, prosigue.

Minina, yo no he estado en Madrid, cuéntame.

“Vivo en Madrid central. En un bulevar. Mi piso está en un bulevar que queda en el casco histórico de Vicálvaro, una zona maravillosa, relinda, la verdad.

“De Madrid al cielo.

“Madrid es un sitio mágico, muy mágico. Hay mucha alegría. Mucha naturaleza. Muy cosmopolita. Alucinante. Mucho arte. En las calles hay mucho arte. Da gusto caminar y ver un músico tocar, una persona bailar, improvisar.

“Te soy sincera, estoy muy enamorada de Madrid. Sobre todo, el centro me recuerda mucho a La Habana Vieja. A veces camino por Madrid y me siento en La Habana, en una Habana próspera. Madrid está muy guay, la verdad. I love you Madrid.”

“Te soy sincera, estoy muy enamorada de Madrid.»

¿Cómo sobrellevas estos días de forzada reclusión?

“En estos días de confinamiento me he dedicado a escribir. También me entreno, malamente, como puedo, porque no tengo mucho espacio. Sólo puedo hacer algunas planchas, abdominales. Veo muchas películas, muchas series. Me he pillado un curso de actuación on line que la verdad está súper bien porque, vamos, no está para nada mal seguir aprendiendo. He tratado de aprovechar el tiempo. Además, me he hecho adicta al Tik Tok.”

¿Tiktokers?

Tiktokers. El Tik Tok me parece una plataforma bastante interesante, la verdad. Aunque a muchas personas les parezca un tanto… quizá, infantil. Yo la uso como forma de entrenamiento. Ahora tengo metido en la cabeza que quiero ser actriz. Dedicarme a la actuación. Quiero prepararme en base a eso. Me gusta el Tik Tok porque analizo mi forma de expresión y construyo personajes. No lo hago con la intensión de ganar seguidores ni de hacerme viral. No. Lo utilizo, exactamente, para entrenar mi histrionismo.”

¿Qué tipo de danza has podido hacer en Madrid?

“Volver a bailar aquí es un poco complicado. Aquí el arte no funciona como en Cuba. El mecanismo no funciona igual. Tienes que presentarte a audiciones todo el tiempo para que te acepten en algún lugar. Pero he logrado bailar. Colaboré con una amiga que es actriz y bailamos para una fundación que apoya a personas con Alzheimer. Tenemos un espectáculo para personas con Alzheimer muy interesante. Tenemos otro para otra fundación en contra de la violencia hacia la mujer, causas a las que me he involucrado y estoy muy contenta de poder aportar algo.

“Intento bailar. Ahora estoy esperando para trabajar en un musical llamado El rey león, una de mis metas para los próximos meses. Bailo donde pueda bailar, así me estoy ganando la vida, gracias a Dios.”

Foto: Carl Moore

¿Qué llevas de Caimanera?

“Caimanera es mi casa. Caimanera es mi palacio. Caimanera es mi reino. Caimanera es el lugar donde mejor me voy a sentir siempre. Donde tengo a mi familia. Donde están mis amigos de la infancia, de toda la vida. Ahí está mi primer público. El público que me hizo dedicarme a bailar y me reconoce como su artista.

“Caimanera es más que sal y mangle. Es mi lugar favorito. Es mi abuelo. Mis tíos. Mi madre maravillosa. Es el lugar a donde voy a volver, siempre. Caimanera es la esencia de mi vida. Caimanera es lo que voy a representar en cualquier lugar que me pare. Antes de decir cubana o guantanamera, digo que soy de Caimanera.

“De Caimanera llevo mucha sal, mucha sal.”

¿Recuerdas cuándo comenzaste a bailar?

“No lo recuerdo. Estoy bailando desde muy pequeña. Pero cada día que bailo es el primer día, porque siento que lo hago con la misma pasión, con la misma inocencia, con ese mismo sueño que tenía cuando niña de ser una gran bailarina. Todos los días que bailo son el primer día. La danza siempre ha sido mi primer amor.”

¿Cómo valoras tu recorrido como bailarina en Cuba?

“Mi recorrido por varias compañías en Cuba ha sido contundente para mi vida. En cada compañía aprendí mucho. De cada compañía intenté sacar lo mejor. Tanto Danza Fragmentada, como Médula y Codanza, incluso Variedance en Caimanera, fueron mi escuela. No tuve la oportunidad de estudiar en una escuela de arte. Todo lo he aprendido sobre la marcha, prácticamente en el escenario.

“Variedance me convenció de lo que yo quería. Entendí que la danza era mi camino. Entendí que no iba a encontrar otra manera de vivir que no sea bailando. Variedance me abrió las puertas al mundo profesional. Ahí es donde me conoce el maestro Ladislao Navarro. Él me invita a hacer una audición en su compañía y logro entrar a Danza Fragmentada.

“Fragmentada me convirtió en una bailarina ambiciosa. Sentía que no quería ser una bailarina común. Es que tengo en mi personalidad algo que me insta a ser rebelde. Fragmentada fue el lugar donde encontré mi rebeldía, y donde la expuse.”

Foto: Carl Moore

¿Por esa rebeldía, luego, surge Médula?

“Sí. A raíz de mi rebeldía y la de Yoel González surge Médula. Médula es la compañía donde realmente sentí que explotó mi carrera y mi sueño como bailarina. Fue la compañía… no solo donde más conquisté, sino donde más aprendí y logré conocer realmente mis habilidades y potencial como bailarina.

“En la mayoría de las compañías que ya están “colocadas” te obligan a adaptarte a su estilo. Sin embargo, Médula surgía y no se adaptó a nada. En ese comienzo Médula se iba condicionando, identificando, con nuestros recursos como bailarines. Esto hizo que se expandieran mis condiciones, mis cualidades como bailarina, que no pensaba que poseía.

“En Médula me interesé mucho por la actuación. Tenía que leer, estudiar cada personaje, por mucho tiempo. Lo que más me gustaba de Médula es que era una compañía donde se bailaba porque sí. Me entristece que algunos bailarines bailen y no sepan ni siquiera qué están bailando. En Médula se tenía muy claro cada concepto que se planteaba. Algo maravilloso.

“Fundar Médula con Yoel González fue un riesgo y una suerte que corrimos. Estaba colaborando en un proyecto eterno, quizá efímero, pero para mí eterno. Sentía que estaba creando la nueva manera, para nuevos bailarines, con otros recursos, sin el dominio absoluto de una técnica cuadriculada.

“Médula era un paso a la libertad de movimiento, de creación. Recuerdo que empezamos el proyecto los dos solitos, bailando, ensayando donde nos cogiera el día, lo mismo en el parque que en un tabloncillo de tres metros.

“Médula fue un riesgo maravilloso. Una curiosidad bendita que te permite tirarte al vacío y encontrar agua.

“Luego nos siguió mucha gente, muchos bailarines excepcionales que hoy están brillando. Cuando fundamos Médula sabía que iba a ser parte de la historia de algo, que mi nombre iba a quedar en algún lugar.

“Médula… era mucho para mí.”

Con Médula recibiste muchos reconocimientos. ¿Presumes?

“Recibí la mayoría de los reconocimientos más importantes que se entregan en Cuba a bailarines. Eso fue resultado del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio. De llorar, pasar hambre, estudiar, sufrir. Sé que no fue suerte. Fue el resultado de trabajar con pasión, con amor, con fe. No he tenido una carrera fácil, al contrario, muy sacrificada. He tenido siempre que sacrificarme el triple.

“Cada premio retribuía cada lágrima. Esos premios con Médula fueron el resultado de una fe ciega que al final me dejó ver cuánto podía, quizá, merecer.

“Sería incapaz de presumir, pero estoy realmente orgullosa de esos premios, porque siendo una bailarina empírica he tenido reconocimientos que bailarines que han estudiado nueve años no han tenido. Todo eso gracias a la entrega y a las ganas que he tenido siempre. Al hambre. Al hambre que he tenido siempre de conquistar.”

Inés María Preval junto a Yoel González. Foto: Carl Moore

Si Médula fue el sueño, por qué abandonarlo y llegar a Codanza.

Codanza fue una de las compañías donde quise bailar desde niña. Desde que iban a Caimanera y bailaban y yo los veía. Es una compañía que ha tenido, y tendrá, mi admiración. Codanza tiene una energía… la energía de “me quiero comer el mundo”.

“Codanza fue una compañía donde me sentí muy bien. Con ellos tuve que desinfectarme como bailarina, porque venía con muchas mañas de Médula, con una manera de bailar diferente. Tuve que doblegarme a su estilo, a su manera. Estoy segura que no lo conseguí totalmente. Aprendí muchísimo en Codanza. Con ellos hice una familia muy bonita que tuve que abandonar, por equis, por ye, o por zeta.

“Codanza es una de esas compañías de las que nunca me voy a arrepentir de ver en un teatro. Codanza es Maricel Godoy. Codanza es Vianki González. Codanza es Holguín.”

¿Qué obtuviste de esas compañías?

“Aprendizaje. No me siento una bailarina lista, completa, porque creo que eso nunca se logra. Pero sí que tengo algo de formación, de información, que arranqué, robé, hice mío de cada una de esas compañías. Creo que son compañías que quizá por la fatalidad geográfica reciben poco reconocimiento. No he podido tener mejores escuelas que esas. Sobre todo, para enfrentarme al mundo que estoy viviendo.”

Louris Gámez.

“Louris descubrió en mí el potencial que no sabía que tenía, y me demostró que podía hacer mucho.”

María Eufemia.

“María me regaló mucho sabor, carisma. Recuerdo, era muy niña, y María Eufemia me cuidaba como a una hija. Me ayudaba, me soportaba.

“A todos mis maestros les agradezco su paciencia.”

Alfredo Velázquez.

“Con Alfredo Velázquez tengo una deuda. Hubiese querido trabajar mucho tiempo con él. No pude, primero porque yo era muy joven y luego cuando estaba lista para hacerlo murió. Siento que le debo. Quisiera que, en otra vida, cuando nos encontremos, trabajemos juntos.”

Ladislao Navarro.

“Ladislao es un maestro muy especial. Un maestro que te sorprende, no tanto por el conocimiento, sino por el ser humano que es, impredecible, pero certero. Ladislao me vio desde la nada, y desde la nada confió en mí y se lo agradeceré siempre.”

Maricel Godoy.

“Maricel Godoy es la maestra con la que quise trabajar siempre. La admiraba mucho, sobre todo porque es de mi pueblo, de Caimanera. Desde niña quería bailar en su compañía. Quizá la ley de la atracción me colocó allí, con ella, de una manera especial. Me dio mucho dolor abandonarla en su momento, pero siempre recordaré esa gran maestra y ser humano que es. Estoy feliz de haber trabajado con ella.”

Yoel González.

“Yoel González fue mi gran escultor. Él le aportó mucho a mi carrera. Me inculcó una manera de trabajar bastante ambiciosa, que no abandono porque me ha dado resultado. Yoel es el producto de una de sus locuras.”

Vianki González.

Vianki González… la amo. Ni siquiera la veo como la maestra o coreógrafa que es. Veo a Vianki como una madre joven. Ella supo robarme el corazón con su pensamiento, ante todo. Vianki es la maestra que quisiera tener todos los días de mi vida. I love you mi vikinga.”

Yeni Thompson.

“Yeni Thompson fue una maestra muy especial. Descubrió en mí el don de la actuación. Trabajé mucho teatro con ella. Me alimentó muchísimo.”

Yoleisy Rivera.

“Yoleisy Rivera fue fundamental. Hasta el día de hoy es fundamental. Yoleisi me enseñó maravillas. Me enseñó cómo comerme un escenario, muchos trucos de la escena. Es un maestro que no muchos conocen en Cuba, pero fue primer bailarín de Retazos. Es una de las personas que más ama la danza a nivel mundial, me atrevo a decirlo. Le estaré eternamente agradecida. Es una brújala.”

Inés María Preval en El segundo sexo, coreografía de Vianki González. Foto: Carlos Rafael

¿Qué significa para ti ser una bailarina autodidacta?

«Ser una bailarina autodidacta es un reto para valientes. Por eso me considero una persona valiente. Un bailarín autodidacta es discriminado… siempre. Porque siempre te va a faltar algo que se estudia en las escuelas. Me pasó mucho con el ballet. Todas las maestras de ballet que he tenido han sido muy buenas conmigo. He aprendido mucho, porque no sabía nada.

«Una se siente marginada. Me he tenido que sobreponer a toda crítica, a toda estructura académica de la danza. Es muy difícil. Lo que un bailarín académico ya tiene conseguido otro empírico lo tiene que resolver en tres minutos, porque el coreógrafo te lo pide, y es así.

«Un bailarín empírico necesita más entrenamiento que el normal. En mi caso no paraba. En Codanza, por ejemplo, entrenaba por la noche, después de un día de trabajo. El hecho de ser una bailarina empírica me hace tener recursos, puntos especiales, que evaden vicios académicos, que no me parecen indispensables.

«Al principio no lo entendía y me sentía muy frustrada. Sentía que no bastaba con los deseos de lograr mi sueño. Cuando entendí que esa era mi parte especial la amé. Eso me ha ayudado a estar abierta a cualquier tendencia. Siento que no hay límites.

«Así es la vida. tienes que tirar con lo que tienes, con lo que Dios te dio. Con tu talento, mucho o poco, tienes que vivir con eso. Hay que trabajar sobre eso, y es lo que más me ha gustado. Quizá por eso haya tenido algún resultado, porque no he dejado de trabajar. Ser autodidacta ha sido mi suerte y, a veces, mi desdicha.»

¿Sigues escribiendo poesía?

«Sigo escribiendo poesía. Sigo creando mucho. Improvisando. Inventando. Sigo creando mis propias películas, inventándome mis dramas. Abierta a aprender. Aquí en Madrid he aprendido a trabajar con títeres para los niños. Aquí me ha tocado hacer varias cosas. Por ejemplo, me tocó hacer el doble de una actriz en una serie que estoy grabando, donde llegué sin saber absolutamente nada y donde he aprendido cantidad. Yo no me voy a limitar jamás a ser solo una bailarina. La creatividad te ayuda a ver todas las maneras posibles de mantenerte vivo con el arte.»

¿Minina, eres feminista?

“Soy feminista. No soy feminista extrema, pero feminista. Ahora estoy escribiendo versos como estos:

«Te rompes y te armas como nadie. / Cuando grites mosquita muerta hazlo fuerte / hazlo claro. / No olvides que tienes la sangre violeta.»

En el jardín de Aranjuez, coreografía e interpretación Inés María Preval. Foto: Carlos Rafael

¿Qué lees?

“De leer leo todo. Sirva o no sirva. Lo que tenga a mano lo leo. Lo importante es leer. Mi libro favorito es un libro de la biblia que se llama Eclesiastés. Salomón. Es un libro que le da la vuelta a la Biblia completa. Es un libro que se burla de todo el circo. Es un libro quizá simple, pero yo creo que es la verdad.”

¿Qué bailarines admiras?

“Admiro a todo bailarín porque sé el sacrificio, la entrega, el amor que hay que tenerle a la danza para sentirla y vivirla y por eso respeto a todos los bailarines del mundo. Habidos y por haber.

“Pero mi favorita es, y será siempre Sylvie Guillem. Es una bailarina francesa, maravillosa. Creo que si tuviera la oportunidad de volver a nacer quisiera ser Sylvie Guillem. Es la bomba.”

Sueños…

“Mis sueños son muchos. Pero ahora mismo el más, el más, el más importante es que quiero ser una buena actriz. Internacional. Estoy preparando los recursos para comenzar a estudiar en la universidad Artes Escénicas e Interpretación. Quiero hacer un máster. Quiero ser una buena actriz.

“Estoy loca Edgar. Estoy loca, pero nada, ese es ahora mismo mi sueño más loco. No sé si lo voy a conseguir, pero quisiera morir en el intento.”