HUMOR ENTRE LA PRÁCTICA Y LA TEORÍA

Por Yamina Gibert

Cuando un chiste es vacío, “vano”, los cubanos nos miramos extraños, sin sonreír, y decimos que “eso” no dice nada. No nos interesa, pero, cuando nos hace pensar y sentimos placer con la sugerencia, el juego y la movilización del pensamiento o del intelecto, todo de inmediato cobra sentido. Si a esto se le suma una interpretación dramática genial con una caracterización exacta, sustentada en la selección armónica de recursos expresivos, muy probados en la historia de las artes espectaculares que se relacionan con el humor, todo es posible en materia de risa.

Con el logro de cualidades ideo-estéticas en este tipo de representación, tenemos la garantía de una mejor interacción público/escena.

El humor es un látigo que fustiga y tiene un rol exorcista social muy práctico. La realización de cualquier tipo de escenificación mediada por el humor, y el humor como manera en el audiovisual, en la danza, la música, las artes plásticas o en otra forma de expresión cultural, es sin dudas algo muy presente en todos los cubanos. Es por lo cubano que el choteo es natural, pero convertir el oficio de hacer reír en “arte” con mayúsculas, es harina de otro costal, por eso la junta artística del Centro Promotor del Humor, siempre pone especial interés en el desarrollo de un evento teórico en el contexto del Aquelarre, para estimular el ejercicio del pensamiento crítico y la aparición de nuevos textos que pueden engrosar el cuerpo teórico de los estudios de esta especialidad.

Como parte de esta edición del 2018, en el evento ¿Piensas ya en el humor?, que sesionó los días 2, 3 y 4 de julio en la sala Villena de la UNEAC, también llegó ese aquelarre de ideas de nuestros humoristas, quienes otra vez eligieron disertar en profundidad sobre temas escénicos de actualidad relacionados con el devenir de su especialidad.

En este programa el eje temático fue el humor cubano y sus aproximaciones diversas. Se propiciaron múltiples subtemas de este asunto, que recorrieron conferencias, ponencias, exposiciones y proyección de audiovisuales. En general se expuso sobre el humor y la escena en la actualidad contemporánea. El humor en la gráfica, en el audiovisual, en la música, en el vernáculo y en el arte del clown.

Dos conferencias de lujo fueron Teoría del simulacro: humor escénico cubano contemporáneo, por Kike Quiñones, que conceptualizó acerca del modo escénico, y La contraposición, elemento indispensable en la dramaturgia del clown, por Ernesto Parra de Teatro Tuyo de Las Tunas, donde este director y actor desnudó sus métodos, investigaciones y forma poética particular, construida para traspasar lo superficial de la payasada banal que deprime esta forma popular.

Las ponencias versaron sobre la sección del Dedeté, entre 1993 y 1994, en el periódico Juventud Rebelde, el humor en la música cubana y el changüí, el humor como recurso pedagógico, las expresiones de cubanía de los bufos habaneros, la música y el humor, etc. Todos fueron temas que estimularon el análisis de lo propio que nos distingue, de la cubanidad y la auto-referencialidad en las obras, lo mismo en el pasado que en el presente humorístico. Son ideas que -dramatúrgicamente hablando- se entroncan muy bien con el documental La tradición vernácula en Cuba, de Pedro Maytin Tejera.

Conveniente resultó para la audiencia, dado el interés que se tiene en compartir opiniones acerca del diálogo del humor con la sociedad, la ponencia Risa y poder en el pensamiento filosófico cultural de Mijail M. Bajtín, dictada por el master Ariel Zaldivar, quien recordó como ese lingüista y esteta ruso investigó la cultura popular de su país, el lenguaje de la risa y su importancia social. La ponencia presentó las diatribas del encuentro entre la risa y el poder en distintos contextos y confrontó el pensamiento de este esteta junto a otros puntos de vista sobre la comunicación y el movimiento de la risa en la historia.

De las artes visuales y el humor gráfico se pudo constatar como en Cuba se ha desarrollado una obra cuantiosa que ha sido crónica de todas nuestras etapas históricas, y como la caricatura, el dibujo y la pintura, no han escapado de este interés temático.

El espacio de homenaje sirvió de contexto para hacer deferencia a la doctora Adelaida de Juan, con un audiovisual donde ser comparten remembranzas de quien también dio su sabiduría a los humoristas cubanos. Completaron el programa presentaciones de libros que dieron cuenta del buen humor que se tiene y se quiere pensar, como el caso de Érase un elefante bocarriba, de Ronel González al que llamaron “racimo de décimas humorísticas” y La palabra, de Jorge Bacallao Guerra. Este fue el final del evento teórico, no del Aquelarre de brujas, que continuaron con sus bromas por los teatros de la ciudad, llamando y sorprendiendo al público.