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Humboldt Entre Nosotros

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Humboldt fue un probado anti esclavista, faceta a la cual rindió especial homenaje la Embajada de Alemania en Cuba, con un reciente espectáculo que se presentó dos noches en el Palacio de los Capitanes Generales 

Por Frank Padrón

El gran naturalista y científico alemán Alejandro de Humboldt (1769-1859) tuvo una relación estrecha con Cuba: la visitó dos veces. En diciembre de 1800 primero y después en 1804, en una breve visita de apenas un mes de duración.

Dedicó a nuestro país alrededor de cuatro meses, durante los cuales recorrió La Habana y sus alrededores hasta Managua, Bejucal, Valle de Güines y Batabanó, así como el sur de Trinidad, en compañía del talentoso botánico y naturalista francés Aimé Bonpland. Se hospedó en la casa del conde de O’Relly, y departió con Don Francisco de Arango y Parreño y el Dr. Tomás Romay Chacón.

Las investigaciones realizadas por Humboldt sobre Cuba, ampliaron los conocimientos de la geografía, las comunicaciones, la flora, la fauna, la topografía, el clima, los suelos, el cultivo de la caña y la fabricación de azúcar. Además, el científico alemán expuso una tesis sobre la formación de las Antillas y la constitución de la geología cubana, y confeccionó un mapa con mediciones exactas de la latitud de varios puertos y ciudades, entre ellas las de la de La Habana. A su regreso al Viejo Continente, dedicó una buena parte de su tiempo a registrar por escrito el resultado de su vasta y fructífera producción científica.

Fue un probado anti esclavista, faceta a la cual rindió especial homenaje la Embajada de Alemania entre nosotros con un reciente espectáculo que se presentó dos noches en el Palacio de los Capitanes Generales.

Para la ocasión se unieron la compañía de Danza Teatro Retazos, la Orquesta del Lyceum Mozartiano, el Coro masculino de Exaudi y colegas suyos de Vocal Leo y Schola Cantorum Coralina junto a varios músicos, para armar unidos la obra Humboldt en Cuba , un montaje de Andreas Baesler.

Pudiera de entrada pensarse que con tanto talento y esfuerzo juntos el resultado sería cuánto menos estimable, pero lamentablemente no fue así; el espectáculo no consiguió una traducción dramática eficaz, no ocurrió la necesaria fusión entre los diversos componentes artísticos y sucumbió ante la retórica y el didactismo.

Pese a los esfuerzos de la actriz Isabel Hindersin en el protagónico, el exceso de textos dichos que muchas veces eran representados (ocurriendo de ese modo una redundancia innecesaria) lastró el ritmo de la puesta, que en contados momentos logró una mixtura adecuada de los elementos musicales, danzarios y teatrales que la conformaron.

Estos por sí mismos brillaron, hubo momentos incluso virtuosos de los actantes, pero no cristalizaron en un conjunto orgánico y coherente.

El gran naturalista y científico alemán estrechamente vinculado a la mayor de las Antillas bien merece entonces otra (y mejor) oportunidad, esperemos así sea.

Foto de portada: Danza Teatro Retazos