Danza Espiral estrena junto a coreógrafo francés

Por Giselle Bello

El coreógrafo francés Alexis Jestin prepara junto a la compañía matancera Danza Espiral un espectáculo titulado Mira que se estrenará el próximo 29 de abril, Día Internacional de la Danza, en el Teatro Sauto.

Se trata de una estación de su proyecto Look what the world did to us (Mira lo que el mundo nos hizo), el cual ha transitado anteriormente por países como Vietnam o Ecuador y en el que artista aborda el aislamiento, la exclusión social y los movimientos migratorios.

Jestin, quien usa su experiencia vital como combustible para la creación, llegó a nuestro país por gestión personal. Confiesa que siempre le interesó conocerlo por su música, su autenticidad, su gente y porque de adolescente admiraba a las estrellas del Ballet Nacional.

Después de pasar a Latinoamérica para desarrollar este proyecto, estuve un tiempo pensando dónde continuarlo. Quería alcanzar un centro neurálgico y para mí Cuba es uno importante. De forma muy espontánea, sin contactos, me puse a buscar en redes sociales, a escribirle a compañías, bailarines, instituciones.

Alexis Jestin y Liliam Padrón en conferencia de prensa, en la Uneac de Matanzas. Foto Cubaescena.

A finales del pasado mes de marzo comenzó su residencia de creación artística danzaría e investigativa con Danza Espiral. Su directora, la maestra Liliam Padrón, lo acogió consiente de lo importante que es brindar un espacio a los nuevos coreógrafos para probar otros lenguajes y estilos.

Se trata de una oportunidad única para replantearse la investigación de una obra desde un punto de vista diferente, aseveró la experimentada bailarina.

Tras arribar a Matanzas, el artista francés pasó un tiempo con el elenco completo para, a través de talleres, juegos e improvisaciones, poner en marcha la composición de una futura partitura.

Me interesaba encontrarme con todos —explica Jestin— desde los que están en formación hasta los más experimentados. No buscaba a los mejores técnicamente sino personalidades diversas y cómo estas me podían narrar sus historias.

La segunda semana trabajamos con grupos pequeños para generar más confianza. Quería que ellos decidieran si deseaban compartir conmigo esa intimidad porque siempre hay un pedazo nuestro que dejamos en el teatro, que regalamos al público, a los compañeros.

Al final, quedó una selección de seis bailarines que completaron el proceso de construcción colectiva de la obra, donde la función del coreógrafo, según sus propias palabras, se limitó a ensamblar, cortar o cambiar algunos detalles en pro del resultado.Entre los intérpretes que participarán del espectáculo, el joven Junior Harris Castillo cuenta cómo ha usado sus propias vivencias, el racismo del que se ha sentido objeto en algunas ocasiones, para explorar esos sentimientos y traducirlos al baile.

La experiencia ha sido enaltecedora incluso para los que no subirán al escenario del Teatro Sauto pero, de alguna manera, dejaron su huella y van a verse reflejados en la concreción de esta propuesta danzaria.

En la opinión de la responsable de Espiral resulta necesario que los más jóvenes del grupo constaten que este estilo de creación colectiva enriquece muchísimo el proceso, no encierra al intérprete en una forma predeterminada de movimiento sino le da la libertad de experimentar.

Estoy sumamente agradecida de que Alexis haya decidido compartir su tiempo y su trabajo con nosotros. Me parece emocionante constatar que la danza tiene un lenguaje universal. Cómo los conflictos, intereses y frustraciones del cada ser humano, independientemente de dónde proceda, siempre encuentran ese código común donde el cuerpo habla. 

En portada: Detalle del cartel promocional de Mira, puesta en escena de Danza Espiral.