Leivan García Valle: «El CFNC Es La Escuela De Mi Vida»

Por Maritza López

La danza folklórica cubana está convidada a establecer nexos de progreso entre sus legendarias conquistas y los tiempos que vivimos, para lograrlo la creación ocupa un importante protagonismo.

Sin abandonar las pretensiones  que quedaron asentadas en el manifiesto fundador del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba (CFNC) desde 1962, que planteaba recoger las manifestaciones danzarias y musicales de carácter nacional e integrarlas de forma definitiva al patrimonio cultural y escénico cubano, el joven bailarín Leivan García Valle, primer bailarín, profesor del CFNC y miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), se arriesga en la difícil tarea de hacer coreografía.

Leivan García Valle. Foto: Cortesía del entrevistado

Luego de varios intentos con pequeñas piezas dentro del repertorio del CFNC , se prepara para estrenar la obra: Bara, término que podría traducirse como aquel que posee la fuerza vital, quien la halla y adquiere. Coreografía con más de 30 minutos de duración que , según el autor cuenta en la sinopsis, hace énfasis en identificar el concepto filosófico de Eshú y Elegbá en la sociedad cubana. Para esto se utilizan cantos, danza, música, diseños de vestuarios inspirados en el foco folklórico, pero con matices contemporáneos.

Eshú: Policía del universo, Divinidad dueño del permiso de realización y de los caminos;   Elegbá: Divinidad protectora de los mendigos y mercaderes ambulantes. En los cuatro personajes de la obra se ven reflejados los arquetipos de estas dos divinidades (la mendicidad, la ley, la inocencia y la sabiduría).

En espera de su estreno, nos acercamos a Leivan para conocer acerca de sus inquietudes por la creación en el CFNC.

¿Cuáles son las motivaciones que tienes para crear tus coreografías?

«Entender el objetivo principal de la creación del CFNC ha sido una de mis primeras metas como coreógrafo. Respetar la fundamentación de este proyecto, que se fundó en el año 1962, es una tarea presente a la hora de elaborar mis coreografías. Imprimo en mis creaciones una panorámica generacional sin traicionar los patrones establecidos. Imaginar lo expuesto por el maestro y cofundador del Conjunto Rogelio Martínez Furé en el año ’62 y traerlo a la contemporaneidad, se tornaría diferente y esa es mi motivación. Mantener vivo ese legado sería pensarlo en la época actual, recoger las tradiciones músico-danzarias creadas por el pueblo y llevarlas a la escena sobre las más modernas exigencias teatrales.»

Leivan García Valle en el proceso de creación de Bara, en la sede del CFNC. Foto: Cortesía del entrevistado

Eres un bailarín con formación académica en nuestro sistema de enseñanza artística, desde el nivel elemental hasta nivel medio. ¿Tu interés por la coreografía viene desde ahí o fue con tu llegada al CFNC que sentiste la necesidad de crear?

«Mis inquietudes de creación comenzaron en la escuela, siempre preocupándome para ver de qué forma lograba materializar mis ideas coreográficas. Durante la enseñanza participé en festivales y otros eventos artísticos como el concurso UNEAC. La entrada a la institución folklórica nacional desarrolló aún más mi universo creativo. Siendo muy joven tuve la oportunidad de proponer mis ideas a bailarines ya profesionales con experiencia dentro de la compañía. Lograr la aceptación y el deseo de los integrantes del Conjunto por interpretar mis obras era  un reto para mí. Una de mis primeras coreografías en la compañía fue defendida por primeros solistas. Todos estos procesos me ayudaron a seguir creciendo y continuar caminando por el sendero de la creación.»

Si tuvieras que resumir tres aspectos a tener en cuenta para hacer una coreografía, ¿cuáles serian para ti los más importantes?

«La investigación, la motivación y la creación. Estos tres aspectos son muy importantes para mí.»

¿Consideras que la academia te proporcionó suficientes herramientas para emprender una carrera como coreógrafo?

«La escuela es uno de los factores más importantes en la formación de un bailarín  para desempeñarse luego en todos los roles que él quiera o sea capaz de asumir. En el caso de los bailarines de compañías de danza folklórica, muchos no vienen de escuela. Parece confundirse que con solo ser un practicante de la religión afrocubana, este tendría los elementos suficientes para bailar folklore. Existen exigencias escénicas a la hora de teatralizar la danza folklórica. Una baja formación académica complica el entendimiento de proyecciones escénicas de inspiración folklórica, y esa es la labor de los artistas. En este sentido la escuela brinda muchas herramientas. Hoy es un tema muy polémico la consideración que cualquiera puede ser un bailarín folklórico. Para mí, lo primero es ser bailarín, después le agregamos el género: danza contemporánea, danza clásica, danza española etc. Un escenario exige respeto por lo que hacemos, sea cualquiera el género que defendamos. Lo primero es la danza. Un bailarín folklórico tiene las mismas exigencias físicas que un intérprete de danza contemporánea, y no necesariamente tiene que ser practicante de los cultos afrodescendientes para ser un excelente bailarín de danzas folklóricas.»

Proceso de creación de Bara. Foto: Cortesía del entrevistado

¿Cómo vez la coreografía en la danza folklórica cubana?

«Pienso que podemos avanzar un poco más y cuestionarnos si realmente nos estamos alejando del foco folklórico. A veces es muy simple lo que llevamos a la escena. No debemos ser muy facilistas en el trabajo que se hace. La sociedad evoluciona y a veces se tornan repetitivas las proyecciones escénicas.

Nosotros los coreógrafos tenemos que ser más exigentes, buscar en las bases filosóficas del folklore, los conceptos, los mensajes educativos para la sociedad, pensar los Orichas más allá de un dios, como parte de nuestra cotidianeidad de vida. Entender todos estos conceptos ayudaría a una nueva lectura en la teatralización folklórica que no traicionaría su esencia.»

Producción audiovisual de Bara. Foto: Cortesía del entrevistado

Podríamos resumir que la escena es arte, o sea, es teatralización del foco como esencia, pensando así, este folklore que propones hoy, del siglo XXI, tiene que trasmitir un mensaje, tiene que convencer y, a su vez, está llamado a conservar la tradición. En este sentido, ¿cómo crees que se da ese diálogo conservación/evolución para que no sea estática la cración?

«Mantener no es hacer lo mismo, mantener es traer lo que un día fue y convertirlo en parte del hoy. En el último estadio que plantea el maestro Ramiro Guerra, el coreógrafo manipula el hecho folklórico hasta convertirlo en un hecho artístico y ahí es donde el coreógrafo demuestra su capacidad y su habilidad para la creación. Los coreógrafos hoy estamos obligados a que esta generación se identifique con lo que le proponemos sin perder la esencia, para que nuestras propuestas sirvan de motivación.»

En una frase, ¿qué significa para ti el CFNC?

«La escuela de mi vida.»

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