2021: danza cubana de ayer y hoy, razones para celebrar este día

Cada 29 de abril, fecha señalada para poner toda la atención sobre la danza, es un inevitable reencuentro con la memoria histórica de ese maestro francés que fue Jean-George Noverre, cuya fecha de natalicio marca la efeméride instituida desde 1982 por la Unesco como incentivo del Comité Internacional de Danza perteneciente al Instituto Internacional de Teatro.

Noverre tuvo una prolífera vida como maestro y coreógrafo, sin embargo, su nombre ha trascendido por las Lettres sur la danse et sur les ballets (Cartas sobre la danza y los ballets). Constituye este epistolario uno de los tratados más importantes sobre el arte del movimiento de todos los tiempos.

Al respecto, el Doctor en Ciencias sobre Arte Miguel Cabrera García, historiador del Ballet Nacional de Cuba, ha comentado:

Desde aquel 1758 las Cartas sobre la danza y los ballets no han envejecido. No creo que sea un texto solamente para el ballet. Hay enseñanzas muy válidas, para mí la más importante es la que profesa que no será nunca artista el bailarín que no sepa que es la cabeza la que guía sus pies. Porque como está muy de moda decir “la danza se piensa”. Como negar la vigencia y actualidad de etas cartas, si expresó que el bailarín tiene que impresionar al espectador no solo por el virtuosismo técnico, sino por su expresividad, por el sentimiento que transmita. Las 15 cartas tienen una vigencia extraordinaria, otros siguieron sus pasos, pero Noverre fue el primero.

Pasados más de 250 años desde su redacción y primera publicación, las Cartas sobre la danza y los ballets siguen conservando ese tono insumiso y rupturista que les confiere actualidad. Aunque están enmarcadas en un período histórico (bastante lejano) y tienen como aspecto medular la demostración de que el ballet de acción es la manera correcta de llegar a una danza elevada, sus preceptos no están muy lejanos de lo que se pretende en los tiempos que corren.

Desde múltiples aristas puede ser abordado este documento, cuya innegable trascendencia está asociada a todo lo que conocemos hoy día como danza escénica. Constituyó (y constituye) un compendio que intentó dilapidar las formas vacuas de la danza y convertirla en un arte supremo.

Cuba es un país que históricamente ha tenido una fuerte tradición danzaria. Hasta aquí han llegado desde muchas partes del mundo influjos estéticos y estilísticos que han configurado nuestras múltiples danzas. Así contamos con un acervo riquísimo de expresiones folclóricas heredadas de África, España y de otras partes del mundo que permearon los estratos sociales dando lugar a los ritmos populares, amplia tradición que ha pasado del foco folclórico (o popular) a la representación escénica.

Alberto, Fernando y Alicia Alonso trajeron a Cuba ese interés por la danza en puntas, la creación de la Academia (1950) y el Ballet Alicia Alonso, devenido Ballet Nacional de Cuba fue la concreción del arduo trabajo de esta tríada a cuyo empeño se sumaron más personas para tener hoy una escuela cubana de ballet con una sólida técnica que es reconocida a niveles internacionales. También se creó una de las compañías más prestigiosas del mundo con bailarines dentro y fuera de la isla que demuestran el virtuosismo técnico y la calidad interpretativa, así como la profesionalidad para asumir los roles.

A fines de los años 50 del pasado siglo, en el país se gestaron varios procesos que desarrollaron la danza académica y dieron paso a la moderna plantada desde el comienzo de la Revolución en 1959.

Ramiro Guerra, fundador del Conjunto de Danza Moderna, hoy Danza Contemporánea de Cuba, con sede en el Teatro Nacional, abrió el camino para que muchos de sus discípulos se encaminaran con proyectos propios. Otro de sus aciertos fue la preocupación por la investigación y por armar un aparto teórico como sustento de la praxis escénica, una línea que ha sido continuada hasta nuestros días. A partir de aquí ese tronco que fue Ramiro, comienza a ramificarse con importantes nombres que continuaron la tradición moderna y la extendieron por todo el país.

Llegan los 80 y una ola, sobre todo, de mujeres que proponen diversas maneras de concebir el hecho danzario: Danza Combinatoria, Danza Contaminada, Danza Teatro y otras formas que se abrieron a la contemporaneidad. Los 90, con la fundación de disímiles compañías por todo el país, las carencias materiales que impulsaron aún más la experimentación y la búsqueda de nuevos discursos escénicos y movimentales, devinieron en etapa fructífera con proyectos y obras exquisitas.

El nuevo siglo y la explosión tecnológica ha producido grandes cambios en el país. También ha cambiado su gente y sus danzas, la era medial ha traído el flujo constante de información, la irrupción de la danza en el cine (o viceversa), la hibridez, lo post-humano, una danza millenial  hecha por generaciones millenials, una sociedad pandémica, hiperconectada.

Hoy 29 de abril de 2021 se celebra otra vez la fecha, se celebra a Noverre y a la danza mundial, es el segundo año que los teatros, las calles y las plazas no se colman de danza, que no está el contacto físico, la tensión antes de salir a escena, el aplauso del público inundando las salas. Es otro año de celebración virtual, la Covid-19 sigue azotando al mundo.

Para esta fecha varias son las actividades que se han planificado, siempre con la premisa de mantener las medidas higiénico- sanitarias y la protección individual. El Teatro Nacional de Cuba, que otrora acogiera a Ramiro y sus discípulos, sede de la compañía hasta hoy y escenario de múltiples presentaciones danzarias de agrupaciones cubanas y foráneas, es el lugar que se ha escogido para la cita de conmemoración.

Danza Contemporánea de Cuba está inmersa en la celebración de su 60 aniversario, asimismo algunas de las primeras obras creadas por Ramiro Guerra. Entre los principales motivos de la cita está reconocer la labor de la compañía y algunas personas que han sido indispensables en estos 60 años.

Entre los atractivos del programa está la inauguración de  Matria, una serie de instantáneas que captan cuerpos, poses, movimientos danzarios en escenarios cotidianos por el lente del fotógrafo Gabriel Dávalos. Esta exposición recorrió casi todo el país y otros lugares fuera de nuestras fronteras. La fotografía es una de las maneras de preservar en el tiempo lo efímero de la danza, este propósito ha logrado fotografías de excelente factura.

El Centro de Documentación María Lastayo, recientemente inaugurado, revitaliza la labor importantísima de esa señora que fue clave en la preservación de la memoria histórica. Esta fecha fue escogida para la presentación oficial del segundo número del boletín Prometeo, publicación que incluye materiales de archivo y otros textos y fotos referentes al arte cubano.

La Revista Toda la Danza, creada por iniciativa del profesor de la Universidad de las Artes (ISA) Pedro Ángel Gonzalez, también fue presentada en su tercer número, esta vez dedicada a la danza folclórica, a Johannes García y la Compañía de Danzas Tradicionales JJ, así como otras importantes figuras y obras del folclor cubano.

Esta conmemoración, aunque atípica no pasa por alto este día como pretexto para hacer la danza no solo desde la escena. Noverre apuntó en sus cartas la importancia de la comunión entre las artes, como una gran familia, donde interactúan elementos de unas con otras. Así es la danza cubana que posee múltiples formas de manifestarse, ya sea en un texto escrito o en una imagen está la danza los Alonso, de Ramiro, los ritmos de quienes fueron traídos o que migraron a la isla, el braceo español, la influencia árabe, franco-haitiana, las expresiones populares, la danza contemporánea y siempre esa manera “cubana” de danzar que distingue a creadores e intérpretes.

Hoy es un día de celebración de “Toda la danza- la danza toda”, cubana y universal.

Redacción Cubaescena

Foto de Portada: Gabriel Dávalos de la serie Habana Pasión